Daniel y Sonia tienen 23 y 29 años respectivamente y están detenidos por arrojar a su bebé recién nacido al río Carrión, en Palencia.

No tenían antecedentes, y su vida era aparentemente normal, pero han confesado que metieron a su bebé en una bolsa con un ladrillo y lo tiraron al agua en el término municipal de Husillos.

La cronología de este terrible suceso comienza a las 22:00 horas del pasado domingo 9 de febrero, cuando la Policía Nacional fue alertada por el personal de un centro de salud: una paciente aseguraba haber dado a luz, pero no sabía dónde estaba el bebé. Cuando se presentaron los agentes comenzó a recordar y, tal y como afirma Ángel Miguel Gutiérrez, subdelegado del Gobierno en Palencia, aseguró que había dado a luz y lo había tirado a un contenedor.

Esa fue su primera versión, pero fue cambiado durante la noche mientras la Policía inspeccionaba más de 40 contenedores y paralizaba la recogida de basuras.

Ya en comisaría, Sonia declaró que ella y pareja Daniel habían enterrado el cadáver de su pequeña en el Monte el Viejo, un área recreativa a seis kilómetros de la ciudad, pero tampoco era cierto.

Ya bien entrada la madrugada la pareja confesó que el parto se produjo el pasado 28 de enero y que arrojaron al bebé al río. Dieron la localización exacta y allí lo encontraron los agentes, dentro de una bolsa.

Según se puede ver en sus redes sociales, hace solo una semana, supuestamente después de cometer los hechos, Daniel hablaba de dejar anécdotas y torres sobre el agua del río Carrión. También de arder juntos en este incendio.

Sonia es la mayor de tres hermanos, estudiante de enfermería, hija de un cabo de la Guardia Civil fallecido en Burgos en un accidente de coche en el que iba toda la familia. Impactaron contra un autobús y Sonia, su madre y sus hermanos salvaron la vida.

Está previsto que la pareja declare en las próximas horas en comisaría. Nada han dicho aún sobre qué les llevó a hacer algo así o si su bebé nació vivo o muerto. Será la autopsia la que determine cómo murió.