El condenado mantiene en la misiva que hubo connivencia de la Policía con su expareja y acusa a las autoridades de "editar" parte de las pruebas en su contra presentadas durante el juicio y "colocar" la sangre de Bernat encontrada en el apartamento que tenía alquilado en Bangkok.

El condenado carga contra la "pobre defensa" que recibió de los tres abogados que llegaron a defenderlo durante el proceso y contra los jueces que llevaron el caso. Un tribunal de justicia de Bangkok sentenció a muerte a Segarra al encontrar válidos los argumentos de la fiscalía y las pruebas policiales sobre el homicidio.

El español, bautizado por parte de la prensa como el "descuartizador de Bangkok", también fue culpado de otros doce delitos, secuestro, tortura y robo, entre otros, motivados, según el fallo, para robar el dinero (cientos de miles de dólares) que la víctima tenía en una cuenta corriente en Singapur.

Segarra, quien se encuentra bajo medicación al serle detectado episodios de bipolaridad, cumple la pena en la prisión de máxima seguridad Klong Prem, en el norte de Bangkok. En noviembre de 2017, el abogado defensor del reo, el cuarto que le representa desde su arresto, presentó la apelación.

Si pierde, aún puede acudir al Tribunal Supremo, pero si gana Segarra no saldría inmediatamente porque la fiscalía puede recurrir. El Tribunal de Apelación también tiene la potestad de mantener o revisar la condena.

Según la investigación policial, Segarra secuestró a Bernat el 19 de enero de 2016 y le retuvo durante siete días en el apartamento que tenía alquilado en Bangkok, donde ocurrió el asesinato. Bernat, tenía 39 años, trabajaba de ingeniero y consultor en telecomunicaciones en Teherán, pasaba temporadas en Bangkok y tenía una buena posición económica, como presumía con sus amigos de la noche tailandesa, entre ellos Segarra.

Las autoridades encontraron el 30 de enero en el río Chao Phraya, que atraviesa Bangkok, restos descuartizados de una persona que resultó ser Bernat. La Policía identificó a Segarra como el principal sospechoso el 5 de febrero.

El español, tras ser reconocido en un restaurante de la provincia de Surin, al este, emprendió la huida a Camboya, donde fue detenido dos días después y entregado a las autoridades tailandesas el 8 de febrero. La investigación policial encontró rastros de sangre que coinciden con el ADN de Bernat en el baño del apartamento de Segarra.

En otra vivienda alquilada por Segarra y su exnovia, descubrieron una sierra eléctrica con la que creen que desmembró el cadáver. La Policía también expuso fotografías y capturas de vídeo donde aparecen juntos Segarra y la víctima antes de la desaparición del segundo.

Otras imágenes muestran a Segarra saliendo de su apartamento a altas horas de la madrugada con un gran paquete, que las autoridades creen era el cuerpo, y regresando sin él. Los investigadores no han podido precisar dónde se arrojaron al río los restos mortales que luego aparecieron en distintos tramos.

Segarra recaló en 2014 en el país asiático huyendo de España, donde la Policía le perseguía por su presunta participación en una banda que estafó a unos noventa ancianos. Tailandia anunció este año la ejecución, mediante una inyección letal, de un preso de 26 años condenado a la pena capital por robo con asesinato, y levantó así la moratoria en las ejecuciones que ha durado más de nueve años.

Más de 500 personas se encuentran en el corredor de la muerte en Tailandia, según cifras de Amnistía Internacional. Los convictos con sentencia firme tienen 60 días para solicitar a la Casa Real que conmute la pena capital por la cadena perpetua.