Las algas marinas son un alimento cada vez más popular, que ya trasciende los restaurantes asiáticos y se puede encontrar en el supermercado. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una advertencia sobre ellas, instando a consumirlas con moderación, ya que, de acuerdo con esta entidad, contienen elementos que en exceso pueden llegar a ser problemáticos, como el cadmio o el yodo.

Así, y aunque la OCU destaca su carácter poco calórico y su aporte de folatos y minerales -como calcio, magnesio, zinc, yodo, hierro y selenio-, también advierte de que algunos de los minerales que contienen, en exceso, podrían llegar a ser peligrosos.

En lo relativo al yodo, la organización destaca que, si bien su déficit puede causar problemas, también puede hacerlo su exceso en determinados grupos de población, como niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como en personas con problemas tiroideos.

En este sentido, la Agencia Española Seguridad alimentaria y Nutrición (AESAN) advertía a finales del pasado mes de octubre de que las algas pardas y, más concretamente, aquellas de la variedad kombu, contienen altas concentraciones de yodo, por lo que un consumo elevado puede conllevar problemas de salud para los grupos anteriormente citados.

Por ello, la agencia apunta que las personas con disfunción tiroidea o que tomen medicamentos que contengan yodo deben evitar el consumo de alimentos que contengan algas, especialmente de la especie Kombu (Laminaria japonica, Saccharina japónica). Además, recomienda evitar su consumo por niños y niñas, así como por mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. Puedes ver su recomendación completa en el documento unas líneas más abajo.

Por otra parte, la OCU se hace eco de una advertencia de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria sobre el consumo excesivo de algas por su contenido de cadmio, un metal pesado que, apunta en una nota publicada este miércoles, en ingestas elevadas puede producir náuseas, acumularse en el riñón y provocar fragilidad ósea. Además, apunta la organización, está clasificado como cancerígeno por la Agencia de Investigación contra el Cáncer y está considerado un mutagénico y tóxico a nivel reproductivo.

Así, y aunque la legislación europea no establece niveles máximos legales de cadmio para las algas, la OCU aconseja vigilar su consumo, teniendo en cuenta que la concentración de cadmio es particularmente elevada en las algas pardas, como el wakame, y en las rojas, como el alga nori.