El calor no es una excusa. Puede ser el motivo por el que, según algunos médicos, estos días se cometan fallos en el trabajo. Para Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, la subida brusca de temperaturas de entre 10ºC y 14ºC que estos días han sufrido, por ejemplo, en Bilbao o en Lugo, y la ola de calor continuada, "provocan alteraciones en la memoria, en la concentración y en la capacidad intelectual de trabajar".

La canícula está íntimamente relacionada con la falta de sueño, sobre todo en regiones en las que superar los 40ºC no es habitual. "Si no descansamos, nuestro rendimiento no será el correcto", avala José Polo, presidente de SEMERGEN.

Estos especialistas insisten en la necesidad de hidratarse mucho, aunque no tengamos sed, porque los repentinos ascensos térmicos provocan golpes de calor e insolaciones. "En el caso de personas mayores, con patologías e incluso niños, una deshidratación debida la sudoración adicional que conlleva el calor puede provocar importantes daños cardiacos o renales", señala Armenteros, que también recuerda que "para perder calor, las arterias se hacen más grandes y esto puede dar lugar a hipotensiones".

Los doctores también consideran imprescindible que las personas que tomen medicamentos diuréticos ingieran mucha agua y que, si es necesario, revisen su pauta con el médico cuando las temperaturas son altas. Eso y que el jefe haga, estos días, un poco la vista gorda.