Juan Carlos Iha navegado este jueves en el puerto deportivo de Sanxenxo (Pontevedra) a bordo del Bribón, embarcación con la que se prevé que participe este fin de semana en la Copa del Rey de Vela que se celebra en el municipio pontevedrés. Después de esta jornada de más de dos horas y media, el rey emérito ha regresado al puerto de Sanxenxo y abandonó la zona en compañía de su amigo Pedro Campos.

De nuevo, prensa, los que más, y algunos vecinos han querido presenciar desde el paseo el momento del desembarco. Algunos de los lugareños presentes han comenzado a gritar "¡majestad!" y, ya en las proximidades del pantalán, el emérito ha saludado con la mano, el mismo tímido gesto que ha tenido la víspera.

A continuación, nuevamente han asistido al emérito para abandonar la embarcación y acto seguido se ha dirigido junto a su amigo Pedro Campos al vehículo en el que habían venido por la mañana. Ese corto trayecto ha sido suficiente tiempo para que una persona le acercase una pandereta y el emérito la agitase en el aire.

Escoltado, Juan Carlos I ha dejado atrás el puerto, por lo menos hasta la jornada de este viernes, en la que es posible que vuelva a repetirse otro entrenamiento de estas características. Y ya el sábado comenzará la regata.

Así fue la jornada marítima

El monarca entró directamente al puerto deportivo, sin parar en el club náutico y sin hacer declaraciones a la prensa, a la que ha saludado desde el asiento del copiloto. Tras bajar las escaleras del espigón con dificultad, apoyado en su bastón y con la ayuda de sus acompañantes, ha saludado a la tripulación.

Finalmente, se ha subido al Bribón, con lo que despejaba la duda de si navegaría a bordo de la mítica embarcación o lo haría en una auxiliar. Dos minutos antes de las 12.00 horas, el Bribón ha soltado amarras.

Estos 'entrenamientos' en los que ha participado el rey emérito son la antesala de las pruebas que desarrollarán este fin de semana en Sanxenxo, para las que también se cuenta con la asistencia de don Juan Carlos.

La segunda visita a España

El monarca aterrizaba este miércoles en Vigo, siendo esta su segunda visita a España desde que abandonara el país en 2020 y estableciese su residencia en Abu Dabi. Tanto en el aeródromo como en la pista que conduce al chalé de su amigo al emérito se le veía un tímido saludo, al levantar la mano, sin que la ventanilla del todoterreno en el que viajaba se bajase en momento alguno, como sí había sucedido en el año 2022.

La amistad entre Juan Carlos I y Pedro Campos, patrón del Bribón y reelegido presidente del Náutico, se remonta a veinte años atrás, tras conocerse en la década de los ochenta a través del empresario Josep Cusí. Al igual que en la terminal aeroportuaria y que en la casa de Campos, cuyo acceso estuvo vallado por la Policía Local, se montó una guardia de medios de comunicación en el puerto náutico, pero sin suerte.

Como ocurrió en 2022, esta visita también está rodeada de una gran expectación mediática y, aunque por el momento en menor medida, también de atención por parte de vecinos y turistas. Algunos de ellos, apoyados en la barandilla del espigón han aplaudido y proferido ánimos y vivas (Viva España y Viva el Rey) al monarca, que ha correspondido al gesto saludando con la mano.

Juan Carlos I ha mantenido un perfil bajo en el primer día de su segunda visita a Sanxenxo desde que decidió marcharse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020 debido a la controversia sobre su patrimonio en el extranjero.