Sánchez se muestra partidario de esa modificación en una entrevista con motivo del 40 aniversario de la Constitución y en la que ensalza este texto porque ha dado "los 40 años de mayor prosperidad, libertad y democracia de toda nuestra historia".

Diferencia el jefe del Gobierno una reforma agravada, para la que asume que no hay tiempo en la actual legislatura, de cambios puntuales que sí pueden llevarse a cabo como el relativo a la limitación de los aforamientos.

Y es en una reforma agravada, que necesitaría de referéndum y aval de unas nuevas Cortes, donde podría enmarcarse la posibilidad de que desapareciera de la Constitución la inviolabilidad del Rey.

Con un "sin duda alguna" responde a la pregunta de si cree que esa prerrogativa se ha quedado vieja o, matiza, ya nació vieja en su momento, y, por ello, es partidario de que en un futuro pudiera desaparecer.

"Pero estoy convencido de que hasta el jefe del Estado también (...) No habría ningún problema. Al contrario", añade.

Aunque es partidario de consultar a la ciudadanía, no ve necesario un referéndum para este caso debido al gran consenso existente en el Congreso. "Si de verdad queremos a nuestra Carta Magna, lo que tenemos que hacer es cuidarla, mimarla, no petrificarla", advierte.