Son muchas las comunidades autónomas que han apostado por el pasaporte COVIDante la llegada del puente de diciembre y las festividades de Navidad con la sexta ola de la pandemia amenazando a nuestro país.

Y es que, algunos de los gobiernos autonómicos consideran que esta medida puede evitar que se impongan otro tipo de restricciones y animará a la población que todavía no se ha vacunado a hacerlo.

Si bien, los expertos de Sanidad creen que el certificado COVID -por el que se solicita la pauta completa de vacunación, una prueba negativa o un documento de recuperación de la enfermedad- tiene más desventajas que beneficios y podría no ser tan eficaz como se piensa.

Así lo han puesto de manifiesto en un documento del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud al que ha tenido acceso laSexta. Para ello, han expuesto cuatro ventajas y ocho inconvenientes que ven sobre la obligación de presentar este documento en algunos establecimientos.

Por un lado, que consideran esta medida incentiva la vacunación, transmite el mensaje de que el riesgo de infección sigue existiendo y estimula la responsabilidad social. Recuerdan, además, que la justicia ha avalado el llamado 'pasaporte COVID' en varias regiones españolas.

Pero no dejan escapar las desventajas que, a su juicio, presenta la obligatoriedad del documento de vacunación:

- No hay evidencia de que reduzca la transmisión del virus. En otros países en los que se está utilizando, los casos están aumentando si bien es cierto que sus coberturas vacunales son muy inferiores a las de España. Es previsible que el efecto en España, con coberturas más elevadas, todavía sea menor.

- No refleja realmente el estado inmunitario. Equipara el estar vacunado con estar inmunizado y esto no se ajusta a la realidad. La vacunación previene de manera muy importante las formas graves de la enfermedad (90 al 99% contra la hospitalización, 90 al 95% contra la mortalidad), pero la efectividad para prevenir la infección y formas leves de enfermedad es mucho menor, alrededor del 60%.

- Existe un claro riesgo de que su utilización pueda suponer la relajación de medidas de prevención en interiores (sobre todo una disminución en la utilización de la mascarilla) al sentirse estas personas más protegidas por estar en un ambiente en el que se ha exigido el certificado.

- Hay cierta dificultad para ponerlo en marcha de una forma operativa. Además, habría que solicitar una identificación personal cada vez que se pidiera para garantizar que corresponde a la persona que lo está utilizando.

- La ganancia en coberturas de vacunación no sería muy importante porque en España, aproximadamente el 90% de los mayores de 12 están vacunados.

- Habría que asegurar que no genere situaciones de inequidad.

Así las cosas, recuerdan que lo importante es mantener las medidas que han demostrado su eficacia en la prevención de la transmisión, como el uso de la mascarilla y las restricciones en espacios interiores si la situación así lo requiere. Asegurar los aforos o mejorar la ventilación serían algunas de ellas.

Sin embargo, creen que la solicitud del pasaporte COVID está más justificada en los centros sanitarios y sociosanitarios, tanto para visitas como para trabajadores, o en ámbitos específicos como los centros penitenciarios, ya que en estos lugares hay un importante número de personas vulnerables.

Hasta el momento, Galicia, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Baleares, Comunitat Valenciana y Murcia han recibido luz verde para implementar esta medida. El resto de CCAA está estudiando la posibilidad de imponerla o ha decidido que, por ahora, no es necesaria.