Manuel Murillo Sánchez, el francotirador detenido por querer matar a Pedro Sánchez, es hijo de Manuel Murillo Iglesias, el último alcalde franquista de Rubí. El padre fue regidor de la localidad, en la que nació el detenido, entre 1962 y 1977.

El tirador frecuentaba ambientes ultraderechistas, pero nunca había participado en actos violentos, por lo que no tenía antecedentes policiales y no estaba controlado por las fuerzas de seguridad.

Manuel M. se indignó cuando el Gobierno comunicó su intención de exhumar del Valle de los Caídos los restos de Francisco Franco, al que admiraba, y empezó a buscar cómplices para acabar con ese "rojo de mierda", en referencia a Sánchez, en un grupo reducido de WhatsApp.

Los Mossos solicitaron una orden de entrada y registro del domicilio de Manuel M., donde el pasado 19 de septiembre hallaron 16 armas de fuego cortas y largas, incluido un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador checoslovaco Skorpion vz. 61 y cuatro rifles de alta precisión, capaces de acertar un blanco hasta a 1.500 metros de distancia.