En su primera comparecencia desde Berlín tras ser puesto en libertad, Puigdemont dice que Jordi Sánchez debe ser investido: "He reclamado que haya un cambio de estrategia en el Estado español que pueda crear condiciones que establezcan diálogo. Creo que sería un buen comienzo, sinceramente, con la excusa ya de la resolución de Naciones Unidas, se permita la investidura de Jordi Sánchez".

El expresident se refiere a la resolución del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que insta a España a garantizar los derechos políticos del que fuera líder de la ANC. Ante una gran expectación de medios nacionales e internacionales, Puigdemont ha aclarado también su futuro inmediato: "Me quedaré en Alemania, donde he fijado mi residencia y he comunicado a las autoridades alemanas estar a su disposición permanente hasta que acabe el proceso judicial aquí". Una vez acabe, dice, volverá a Bélgica.

En declaraciones a la prensa alemana, la ministra de Justicia ha calificado la liberación de Puigdemont de absolutamente correcta. Una afirmación que no ha sentado bien al Gobierno español: "Me parecen esas declaraciones un tanto desafortunadas, porque la euroorden se estableció en la Unión Europea para abordar estas cuestiones entre jueces y separándolo de las opiniones políticas" ha defendido el ministro Alfonso Dastis.

Desde Ómnium Cultural, también aplauden la decisión del tribunal alemán: "Ha puesto a España, a la justicia española, en el espejo de la vergüenza. De esta vergüenza que significa que personas de paz hará casi seis meses que están en la cárcel de forma claramente injusta como se está viendo en toda Europa" asegura Marcel Mauri. Lejos del calor de la polémica en Cataluña, se evidencian así las diferencias de criterio entre la justicia española y las europeas.