Velasco, a petición de la fiscal Teresa Sandoval, les ha impuesto además a ambos como medidas cautelares comparecencias semanales en el juzgado más próximo a su domicilio, la retirada del pasaporte y prohibición de salir de España, han informado fuentes jurídicas.
Durante su declaración, los dos jóvenes, que fueron detenidos tras retornar de Siria, han reconocido haber combatido en las filas del llamado YPG, que, según su versión, es el Ejército del Estado de Rojava, en la parte kurda de Siria.
Los dos jóvenes, del que sólo ha trascendido la identidad de uno de ellos, Álvaro F.R., han asegurado que estuvieron combatiendo en labores defensivas contra Daesh, acrónimo en árabe del Estado Islámico.
De este modo, según su abogado, han intentado desligarse de la facción terrorista de los kurdos, ya que han insistido en que ellos estaban integrados en la parte del Ejército del Kurdistán que defiende esa zona de Siria, el YPG.
Tras quedar en libertad, ambos abandonaron la sede de la Audiencia Nacional en la calle Prim cubriéndose el rostro con sus camisetas y un pañuelo que les facilitaron los familiares que les aguardaban fuera.
La detención de ambos se produjo en Madrid por parte de agentes de la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Policía de Madrid por su presunta colaboración con organización terrorista, adiestramiento en el uso de armas de guerra, manejo de artefactos explosivos y técnicas en guerra de guerrillas.
A los detenidos se les acusa de participar en un conflicto armado fuera de España sin autorización del Estado y poniendo en grave riesgo los intereses nacionales y de integrarse en grupos de lucha contra el EI que están considerados grupos terroristas por los organismos internacionales.
Ambos podrían estar relacionados con la organización terrorista de origen kurdo Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que, según las fuentes, mantiene aparato militar en Siria y en Irak con otras denominaciones. Los dos detenidos dejaron constancia de sus actividades en las redes sociales a través de vídeos y en algunos programas de televisión de cadenas españolas.
La Policía, han añadido las fuentes, pretende con estas actuaciones evitar el efecto llamada a jóvenes de ideología radical que podrían caer en manos del Daesh. En los registros practicados en domicilios de Madrid se ha intervenido diverso material informático y documentación. La operación continúa abierta y las actuaciones han sido declaradas secretas.