Jordi Cuixart, en prisión preventiva desde el 16 de octubre de 2017 acusado de un delito de rebelión por su papel en la llamada Operación Anubis en septiembre del mismo año, ha sido condenado a nueve años de prisión y nueve años de inhabilitación absoluta por el Tribunal Supremo.

La Sala del Supremo da por probada la existencia de violenciaaunque Cuixart ha sido absuelto del delito de rebelión al considerarse que "no basta la constatación de indiscutibles episodios de violencia para proclamar que los hechos integran" ese delito.

El Supremo también considera que "todos los acusados eran conocedores de que lo que se ofrecía a la ciudadanía catalana como el ejercicio legítimo del derecho a decidir, no era sino el señuelo para una movilización que nunca desembocaría en la creación de un Estado soberano".

La sentencia por el juicio del procés llega cuatro meses después de que quedara visto para sentencia tras meses de instrucción en el Tribunal Supremo. Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, al frente de Òmnium Cultural y la ANC respectivamente, declaraban ante el Alto Tribunal acusados de los delitos de rebelión, sedición y organización criminal por su papel en la organización del referéndum ilegal, la declaración unilateral de independencia de octubre de 2017 y llamada Operación Anubis de septiembre del mismo año.

La Fiscalía pedía para ellos 17 años de cárcel por rebelión. Les atribuía un "papel crucial" en el impulso de las movilizaciones con las que "presionar" al Estado durante el procés en Cataluña. A su vez, la Abogacía del Estado reclamaba para ellos 8 años de prisión por un delito de sedición, mientras que la acusación popular ejercida por Vox solicitaba 62 años de condena por los delitos de sedición y organización criminal.

Tanto él como Jordi Sànchez ya fueron llamados a declarar por el juez en octubre de 2017 -mes en el que tuvieron lugar el referéndum ilegal y la DUI- acusados de un delito de sedición por su participación en las manifestaciones de los días 20 y 21 de septiembre del mismo año en Barcelona. Era la denominada Operación Anubis. Cuixart ingresó en prisión a mediados de ese mismo mes junto a su compañero Jordi Sànchez acusados ambos de los mismos delitos.

Posteriormente, el juez Pablo Llarena asumió la causa contra Jordi Cuixart y Jordi Sánchez para unificarla con la que instruía a los exmiembros de la Generalitat por presuntos delitos de rebelión y malversación por su participación en el referéndum ilegal y la declaración unilaterial de independencia de Cataluña.

"Volvería a hacer todo lo que hice"

En su declaración ante el Supremo,Cuixart nunca llegó a reconocer la comisión de ningún delito. Ante los magistrados, en su turno de última palabra, el líder de Òmnium Cultural insistió en que no albergaba "ningún tipo de arrepentimiento" en cuanto a su participación en el procés. "Todo lo que hice lo volvería a hacer", resonó en la sala durante su alegato final.

"Se nos juzga por manifestarnos, por expresar, por movilizar, por votar. Y les digo sin ningún tipo de acritud o prepotencia y con toda la serenidad del mundo que estoy convencido de que lo volveremos a hacer (...) pacíficamente, serenamente, pero con toda la determinación del mundo", apuntó Cuixart ante los miembros del tribunal presidido por el juez Manuel Marchena.

Críticas al Gobierno de Pedro Sánchez

En una entrevista exclusiva con Antonio García Ferreras en laSexta en octubre de 2018, Cuixart señaló a Pedro Sánchez como principal responsable de "un Gobierno que va camino de ser una decepción máxima en derechos y libertades"; al tiempo que insistía en defender el diálogo y el ejercicio de los derechos fundamentales de manifestación y reunión.

En estos dos años de prisión preventiva, Amnistía Internacional ha pedido en más de una ocasión la puesta en libertad tanto de Jordi Cuixart como de Jordi Sànchez al considerar que el cargo de sedición, así como la entrada en prisión de ambos, son "excesivos". Al mismo tiempo, también ha aclarado que no los calificaría de "presos políticos". A su vez, también la Organización Mundial Contra la Tortura pedía su puesta en libertad en noviembre de 2018.

Durante el régimen de prisión preventiva, Cuixart ha pasado por la prisión de Soto del Real (Madrid) y el Centro Penitenciario de Lledoners (Barcelona) hasta la celebración del macrojuicio del procés en el Tribunal Supremo, donde se defendía de los delitos de sedición, rebelión y organización criminal de los que le acusaban Fiscalía, Abogacía y acusación popular.