La infanta Cristina pasó de percibir 162.360 euros en 2008 en concepto de retribuciones dinerarias por rendimientos de trabajo a un total de 311.169 tan sólo un año después, tal y como se desprende de las declaraciones de la renta que la Agencia Tributaria ha aportado al juez instructor del caso Nóos, José Castro.
Las tributaciones fueron entregadas después de que así lo solicitase el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, quien libró oficio a Hacienda para que informase de las diez últimas declaraciones del IRPF de la infanta y de su marido, Iñaki Urdangarin. La documentación tanto de éste como de su esposa ya se encuentran incorporadas a la causa.
En concreto, la AEAT se remonta al año 2002 a la hora de analizar la tributación del Impuesto sobre la Renta por parte de la Infanta, un periodo en el que presentó como rendimientos del trabajo 147.000 euros. En 2010, el último ejercicio estudiado, la cantidad asciende a 319.298 euros.
La información ha salido a la luz el mismo día que se ha conocido la decisión del juez Castro de investigar a la infanta por presuntos delitos contra la Hacienda pública. El magistrado ha solicitado a la Agencia Tributaria (AEAT) nuevos datos que permitan determinar si la hija del Rey incurrió en fraude fiscal como propietaria al 50% de la mercantil Aizoon.
Así lo ha decidido mediante un extenso auto que ha dictado, por el que ha dado un paso más en sus pesquisas en torno a la mujer de Iñaki Urdangarin tras la resolución de la Audiencia Provincial de Baleares que, a principios de este mes, dejaba las puertas abiertas a la posible imputación de la infanta por haber defraudado al fisco.
Según el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia, tanto Urdangarin como su mujer se habrían beneficiado, como socios al 50% de la mercantil Aizoon, de los ingresos procedentes del Instituto Nóos así como del dinero supuestamente defraudado a Hacienda a través de la empresa de la que ambos eran copropietarios.
El tribunal recalca así que el dinero que de forma presuntamente irregular percibió Aizoon desde Nóos no se quedó en la cuenta de la primera entidad, sino que se destinó a gastos particulares del matrimonio, como la reforma de su vivienda familiar, con su posible "conocimiento del origen ilícito y delictivo" de estos fondos.