Hace un año, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart entraban a declarar a la Audiencia Nacional y salían de allí privados de libertad. Ahora, los exlíderes de Òmnium Cultural y la ANC cumplen 365 días en prisión provisional, y sus familias explican cómo les ha afectado.

"Tenemos muchos sentimientos. El miedo, la incertidumbre de qué pasará, hasta cuándo estarán en prisión", explica Susanna Barreda, esposa de Jordi Sànchez. Con un hijo de solo un año, la pareja de Cuixart intenta que no le olvide. "Si no vigilas, no se entera de quién es su padre. Como mínimo ahora, es alucinante cuando pasamos por el control inicial que hay en Lledoners, que hay una pequeña caseta de los mossos, y él ya dice 'papá'".

Precisamente, desde Lledoners, él ha pedido con una carta a todos los partidos soberanistas que "actúen, de una vez por todas, desde la unidad de acción y la responsabilidad colectiva". En palabras de Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural: "La represión busca la división, los partidos soberanistas deben responder con unidad".

Reiteran que no quieren ser moneda de cambio, y ante las penas que podría pedir la Fiscalía, sus familias ya solo confían en la justicia internacional. "Lo que pidan ahora da igual. Yo lo que espero es que, una vez esto salga de España y llegue a instancias europeas, acaben saliendo", ha destacado Oriol, hijo de Jordi Sànchez, en declaraciones a '8TV'.

Insisten en que no hay rebelión, y ahora es un expresidente del Tribunal Supremo y del Constitucional quien les da la razón. "Es muy difícil, por no decir imposible, que exista rebelión, y problemática la sedición", ha apuntado Pascual Sala en declaraciones a 'Rac 1'. Ya hay convocada una manifestación en Plaça Catalunya para volver a pedir su libertad.