La Fiscalía pide al Supremo que impute a Laura Borràs por prevaricación, malversación, fraude y falsedad. Dice que "quedan evidenciados claros y contundentes indicios de simulación documental continuada por parte de la diputada de JxCat a la hora de confeccionar presupuestos atribuidos falsamente a personas y empresas que han negado su autenticidad".

Dice la Fiscalía que Borràs e Isaías Herrero, el amigo que se habría beneficiado de los contratos y para el que la Fiscalía también pide su imputación, querían dar "una supuesta transparencia y objetividad al proceso de adjudicación contractual, encubriendo la decisión predeterminada de adjudicar todos los contratos a aquél y enmascarando el ilegal fraccionamiento contractual, motivos suficientes que impiden considerar como inocua esta conducta falsaria continuada".

Una jueza de Barcelona había solicitado su imputación en el Tribunal Supremo dada su condición de aforada. Considera que la portavoz de JxCat dio contratos a dedo cuando presidía el Instituto de Letras Catalanas, una institución pública dependiente de la Generalitat. Según la jueza, llevó a cabo el "fraccionamiento ilegal" de los contratos de programación informática para otorgárselos "de forma arbitraria" a un amigo suyo, Isaías Herrero.

Según la magistrada, Borràs no solo sabía que estaba incumpliendo la ley, sino que dio instrucciones a su amigo Isaías Herrero de cómo trocear los contratos para que no saltasen las alarmas.

Conversaciones que apuntan a que Borràs lo sabía

Se basa, entre otras cosas, en un correo electrónico que Borràs envía a Herrero el 28 de febrero de 2013 y en el que se lee: "El presupuesto tiene que quedar detallado como si fueran profesionales independientes (...). Si ven que lo que se ha hecho es fraccionar un encargo completo en diversos paquetes, es cuando piensan que ha habido una infracción. La cuestión es fraccionar".

Según la jueza, dio a dedido 260.000 euros públicos en contratos troceados para no sacarlos a concurso público.

En total, 260.000 euros que se trocearon en contratos de menos de 18.000 euros que, según la jueza, Borrás adjudicó a dedo a su amigo. "Abusando de sus funciones como directora de la Institución de la Lengua Catalana (...) adjudicó directa o indirectamente de manera arbitraria todos los contratos de programación informática relativos a la página web de dicha Institución", afirma la jueza.

En el escrito, hay referencias a conversaciones intervenidas de Isaías Herrero con su socio Marc Gómez. En una de ellas, se muestra muy preocupado por la aplicación del 155. "Comenzarán a salir marrones, porque yo tengo una de marrones, buf (...) Hombre, claro, pero yo con la Borràs, con la jefa, yo facturo con la cooperativa, yo facturo unos trapis por allí", escribe Isaías Herrero a su socio Marc Gómez.

Una preocupación que no le impedía fantasear con una Laura Borrás a la que él ve como clara candidata a ministra catalana de Cultura. "Imagínatela de ministra de Cultura y a mí dándome trabajo de esto. De puta madre", se lee en otro mensaje. En otra conversación decía: "yo con la Borràs, con la jefa, facturo con la Cooperativa, facturo unos trapis por allí. Lo jodido es si deja de ser directora".

"Esta tiene números de ser Gobierno. Imagíntela de ministra de Cultura"

En este sentido, la jueza López Mejías apunta que Borràs "adjudicó directa o indirectamente todos los contratos de programación informática, contraviniendo los principios de imparcialidad y objetividad". Además, subraya que lo hizo, junto a Herrero, "actuando de común acuerdo para defraudar".