Después de casi dos minutos hablando, Felipe VI ha entrado de lleno en el asunto catalán. "Es necesario ensalzar todo lo que somos, lo que nos hace ser y sentirnos españoles. Caben todos los sentimientos y sensibilidades. Caben las distintas formas de sentirse español", ha explicado el monarca español.
Ha reforzado, en varias ocasiones, la idea del orgullo español. "Tengo motivos para poder afirmar que ser y sentirse español, querer, admirar y respetar a España es un sentimiento profundo, una emoción sincera y es un orgullo legítimo", ha precisado Felipe VI.
Si bien ha hablado de la diversidad y del autogobierno de las diferentes nacionalidades, se ha mostrado contundente cuando se refiere al respeto a la ley.
"La ruptura de la ley, la imposición de una idea o de un proyecto de unos sobre la voluntad de los demás españoles sólo nos ha conducido a la decadencia y al empobrecimiento", ha declarado el rey. El eje de su discurso ha sido la cohesión nacional, imprescindible, dijo, para impulsar el progreso de España.
"Esta noche quiero reiterar un mensaje de serenidad, de tranquilidad y de confianza en la unidad y continuidad de España, un mensaje de seguridad en la primacía y defensa de nuestra Constitución", ha eseñalado. Y, todo ello, sin pronunciar en ningún momento la palabra Cataluña.