Noche amarga para Izquierda Unida-Unidad Popular. Un Alberto Garzón serio, salía a comentar los objetivos incumplidos por su formación: “Nos propusimos tener un grupo parlamentario propio alcanzar un 5% de los votos y no lo hemos conseguido”.

Los dos diputados que ha conseguido quedan lejos de los cinco necesarios para ese objetivo y de los once que obtuvo hace cuatro años con Cayo Lara. “Aunque hayamos sufrido el castigo severo de la ley electoral que ha significado que nuestra fuerza política necesita 400.000 votos para conseguir un escaño” afirmó Garzón.

Izquierda Unida es el partido que más sufragios necesita para conseguir un escaño en el Congreso: 457.000. Ocho veces más que el Partido Popular, por ejemplo, que necesita 58.500 y nueve veces más que el PNV, 50.200.

Pero, ¿qué pasaría si todos los votos valiesen lo mismo? El Partido Popular bajaría de 123 escaños a 104 y el PSOE de 90 a 79; Podemos y Ciudadanos irrumpirían con más fuerza aún en el parlamento con 73 escaños y 50 respectivamente y el gran beneficiado sería precisamente Izquierda Unida, que conseguiría 13 diputados.

De haberse materializado la alianza que propuso Garzón a Iglesias, su formación hubiese sido la segunda fuerza política. Una unidad que hubiera obtenido entre doce y trece escaños más en las urnas.