El confinamiento decretado debido a la crisis sanitaria del coronavirus está afectando de manera especial a los niños, sobre todo a aquellos que tienen autismo. Ellos tienen permitido salir a la calle junto a uno de sus padres, pero hay gente que no se lo pone nada fácil.

Es el caso de Martín, vive en Oviedo, tiene tres años y tiene que salir a pasear con su madre porque, según nos explica esta, "tras llevar una semana encerrado en casa", ya no le "quedó más remedio que salir porque ya no aguantaba más".

Sin embargo, el primer día que salieron recibieron insultos y gritos de varios vecinos. "Me llamaron de todo, llegaron a decir que ojalá nos muriéramos", nos cuenta Vivi López-Castro.

Esto, le obligó a fabricar una pancarta con el texto 'El niño es autista'. Y es que, la necesidad del pequeño de salir a la calle no responde a un capricho, su ansiedad le ha llevado, incluso, a autolesionarse. "Ha llegado a arañarse y a morderse", explica Vivi.

De hecho, los expertos recomiendan que estos pequeños salgan a la calle. Una recomendación que también le hicieron a la madre de Martín. "La psicóloga me dijo que lo sacara a la calle, manteniendo las normas de seguridad y de higiene".

Pero este no es el único caso, por ello los padres piden respeto, porque para ellos un paseo puede significar mucho. "Antes de juzgar una situación como esta, paraos a pensar que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ya están cumpliendo esta misión, solicitándonos los permisos", señala Isabel Freire, madre de un niño con autismo.

Precisamente, este jueves, 2 de abril, se celebra el Día Mundial del Autismo. El año pasado cientos de monumentos se iluminaron de azul por todo el el mundo, pero este año ese gesto va a ser más complicado y por ello se ha pedido que se decoren las ventanas y balcones con motivos azules y esta tarde, a las 21:00, salgamos con linternas a la terraza.