Según ha relatado durante su interrogatorio como testigo en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que se celebra en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid), el 4 de mayo Guindos citó a Emilio Botín, de Santander; Francisco González, de BBVA; Isidro Fainé, de Caixa, y Rodrigo Rato, de Bankia para exponerles el nuevo real decreto por el que pediría más provisiones a los bancos.

Rato pidió entonces una nueva reunión para explicar el plan de recapitalización que había preparado para Bankia, que de Guindos no tuvo tiempo de analizar pero hacia el que González y Botín mostraron su "desconfianza".

Guindos ha sostenido que en esas reuniones no se abordó la dimisión de Rato, y tampoco analizó en profundidad el plan presentado, porque al día siguiente, el 7 de mayo de 2012, el entonces presidente de Bankia presentó su dimisión, y un día después día le llamó para comunicarle su intención de no hacer efectiva la misma hasta la próxima junta de accionistas.

"El día 8 de mayo Rato me llamó y me dijo que estaba pensando no hacer el cambio directamente, sino esperar a la junta de Bankia y nombrar a Goirigolzarri consejero delegado. Yo le dije que en absoluto, que convocara al consejo de administración y dimitiera inmediatamente", ha recordado De Guindos.

Aunque el exministro se había reunido con Rodrigo Rato en tres ocasiones en el mes de abril de 2012 debido al entorno de "enorme incertidumbre y alarma sobre la situación del sistema bancario español", nunca le trasladó en esos encuentros su intención de dimitir o de ceder poder a un nuevo consejero delegado.

Durante su interrogatorio, la fiscal Carmen Launa ha cuestionado a De Guindos si conocía que hubiese dificultades en la formulación de las cuentas de BFA-Bankia. El vicepresidente del BCE ha negado que así fuera y ha afirmado que conoció que las cuentas del ejercicio 2011 se habían presentado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sin informe de auditoría cuando se publicó el hecho relevante el 4 de mayo de 2012.

Según ha relatado, su reacción fue "de enorme preocupación". "Era un hecho absolutamente inaudito y lo que hacía era poner más el foco de atención en Bankia. Esto no es un tema únicamente del auditor, es un elemento de preocupación sobre otros muchos que venían ocurriendo desde hacía meses", ha señalado.

Tras la dimisión de Rodrigo Rato y el nombramiento de Goirigolzarri como presidente de la entidad, Bankia procedió a reformular sus cuentas del ejercicio 2011 sin la participación del Ministerio de Economía, ha asegurado de Guindos.