Alejandro Luzón, fiscal jefe de Anticorrupción que conoce el caso de Rodrigo Rato, porque fue él quien lo investigó, ha interrogado al expresidente de Bankia. Sin embargo a Rato le ha parecido buena idea tirar de su propio escrito de acusación para defenderse.

El fiscal le mira divertido y le anima a leerlo. "Las medidas de vigilancia y control idóneas para prever delitos de la misma naturaleza. Por tanto, no era este el idóneo", recita Rato. Cuando termina, a Luzón le cuesta reprimir las carcajadas.

"Señor Rato, eso se refiere a Goirigolzarri, no a usted", le ha espetado el fiscal de Anticorrupción. Rato no encaja bien que no se refiera a él, e insiste en explicar al fiscal lo que el fiscal decía en su escrito.

"Usted quiere que se refiera a Goirigolzarri", le ha reprochado Rato. Su abogado y la presidenta del tribunal le conminan a no discutir. Por lo demás, la estrategia de Rato sigue siendo la misma: culpar de todo lo que ocurrió al Banco de España y la CNMV.

En esta ocasión, ha añadido, sin nombrarle, a Luis de Guindos. "Tenemos una petición política del que controla al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria)". En esta línea, ha dicho Rato que fue él quien le obligó a pedir más dinero del que Bankia necesitaba para sanear sus cuentas.

Y que lo hizo en connivencia con los principales banqueros de España: "El ministro, apoyándose en mis competidores, especialmente en el BBVA, insistía en que Bankia tenía que tener más provisiones de las que marcaban las reglas". Y eso fue, según él, lo que hizo que hubiese que reformular las cuentas después de la salida a bolsa.