El 2015 fue el último año con una actividad parlamentaria normalizada antes de 2017, ya que en 2016 el Gobierno estuvo la mayor parte del tiempo en funciones y hubo que disolver las Cortes para repetir las elecciones por la falta de acuerdo para formar gobierno. En ese año de la 'legislatura fallida', se invirtieron en desplazamientos 3,77 millones de euros.
En concreto, en 2017 la Cámara Baja gastó 1,82 millones en visitas al extranjero y 4,57 millones en viajes dentro del territorio nacional. Estos últimos incluyen billetes de avión, tren y autobús así como indemnización por kilometraje en vehículo privado, más los gastos de gestión, cancelaciones, cambios y billetes emitidos pendientes de facturación.
La Cámara ofrece la información sobre el coste de los desplazamientos nacionales de forma trimestral y desglosada en tres conceptos: lo gastado en los viajes de sus señorías a sus circunscripciones, el destinado a cubrir desplazamientos para actos políticos y lo invertido en viajes institucionales.
En total, entre enero y diciembre se destinaron 3,06 millones a sufragar los viajes a las circunscripciones, 316.198 euros a la asistencia a actos políticos y 1.792 euros a actividades oficiales. Por este último concepto no se ha produjo ningún gasto en el tercer y cuarto trimestre de 2018.
El año pasado, el número de viajes internacionales ascendió a 130, con un coste total de 1,82 millones de euros. En 2016 esta cifra ascendió 1,04 millones y en 2015 el gasto por estos desplazamientos al extranjero alcanzó los 1,32 millones.
Estas cantidades de visitas fuera de España sólo se refieren a las gastos de viaje y alojamiento, pero no incluyen dietas. Desde principios de esta legislatura, que arrancó en julio de 2016, la Mesa del Congreso acordó eliminar las dietas fijas de 150 euros al día venían cobrando los diputados por viajes oficiales en el extranjero y sustituirlas por un sistema de abono de gastos debidamente justificados. Esta medida, en cambio, no rige en el Senado, que mantiene la dieta diaria.