La trayectoria de Pablo Iglesias en política ya es historia. Al menos, tal y como indicó el propio secretario general de Podemos este martes, minutos después de confirmarse unos resultados electorales insuficientes. Si bien la formación morada ha mejorado los registros de los comicios de 2019, pasando de 7 a 10 escaños, su decisión de marcharse dibuja un panorama desconocido para su partido.

En este sentido, tal y como indican fuentes de Unidas Podemos a laSexta, después de que Pablo Iglesias anunciara que abandona la política, tanto a nivel institucional como de partidos, por ahora no está sobre la mesa la aplicación de grandes movimientos en la directiva.

Así, desde la formación morada defienden que la actual Ejecutiva es reciente, y que el único que abandona el partido es Pablo Iglesias. Un hecho que supone que a nivel orgánico nadie está al mando, con una dirección que, pese a que Iglesias ya avisaba de su desgaste político —deslizando que en un futuro querría dedicarse a dar clases, así como a la comunicación—, deja a su partido huérfano de líderes casi de la noche a la mañana.

Montero, Díaz o Belarra: las candidatas a liderar Podemos

Y con esto llega la gran pregunta: ¿quién va a suceder a Pablo Iglesias como secretario general? Ya el pasado 28 de abril, en Al Rojo Vivo, el propio Iglesias anunciaba que le quedaban apenas dos años como líder de la formación, cifra que se ha quedado corta tras los últimos sucesos, y que claramente abre el hueco a un relevo. Un relevo, aseveraba, femenino, por lo que la futura líder está entre unos pocos nombres.

Según explican fuentes cercanas a Podemos, a nivel gubernamental, el nombre con más peso es el de Yolanda Díaz, mientras que a nivel madrileño la elegida sería Isa Serra. Ahora bien, tal y como advierte el periodista especializado en Podemos, Enrique Monrosi, son otras dos mujeres las que tienen más posibilidades de liderar: Irene Montero, actual ministra de Igualdad, e Ione Belarra, sucesora de Iglesias en el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

En cualquier caso, no se descarta nombrar un nuevo portavoz del partido en las próximas semanas, aunque no es algo seguro, explican estas fuentes. En esta línea, siguen a la espera de Vistalegre 4, cuya celebración apunta a otoño.

La decisión de abandono de Iglesias fue muy meditada

Preguntado por cómo se gestó el abandono por parte de Iglesias, Monrosi asegura que no fue algo casual, y que su despedida institucional y política anda muy lejos de encontrar explicación en los resultados de ayer: "El portazo no se corresponde a un fracaso numérico", afirma el periodista. En este sentido, en términos electorales, el PSOE ha tenido un batacazo mucho más severo, igual que lo tuvo el Ciudadanos liderado por Albert Rivera en las elecciones generales.

"Los datos han sido malos, pero Iglesias ha mejorado los resultados. Y hay que recordar que él llega a la política madrileña hace un mes y medio, y venía de ser vicepresidente, un cargo que ha dejado porque ha querido", explica Monrosi.

Por ello, no se puede definir la marcha de Iglesias como un impulso, y ni mucho menos como una decisión tomada sin meditación previa. En plena campaña, el mandatario deslizó que su figura política estaba desgastada, pero de acuerdo con Monrosi, esto viene desde hace, al menos, tres años: "Antes de que comenzase el ciclo político de Rajoy, con las repeticiones electorales, ahí Iglesias ya empezó a decir que el siguiente líder de UP iba a ser una mujer, que había cumplido una etapa", explica.

"La decisión de abandonar la toma el día que se presenta a Madrid"

La cuestión es que los recientes resultados de Podemos, que si bien en elecciones generales se han deteriorado con el tiempo, han permitido alargar su figura como representante. La entrada de Unidas Podemos en el Gobierno ha sido fundamental, además con Iglesias como vicepresidente y con diversas carteras para su partido. Pero el principio del fin ha llegado con los comicios del 4 de mayo, hasta el punto de que Monrosi tiene muy claro cuándo el mandatario evidenció su final.

"La decisión de abandonar la toma el mismo día que toma la decisión de presentarse a las elecciones de Madrid". Un final que se ha convertido en agonía, entre las amenazas de muerte y el aluvión de sondeos, que vaticinaban día tras día una victoria apabullante de Ayuso. "Evidentemente se ha encargado de decir que la izquierda tenía posibilidades de gobernar", asevera Monrosi, pero sus deseos más profundos eran otros. "Quería poner punto y final a esta etapa política", sentencia. Un final que ya se ha materializado, y que deja un Unidas Podemos con un horizonte diferente.