Mientras las fechas parecen invitarnos más a la concordia, Podemos vivía uno de sus capítulos más tensos. En plena Nochebuena afines a Pablo Iglesias lanzaban una campaña en Twitter con el hashtag #ÍñigoAsíNo, afeando abiertamente las últimas declaraciones de Errejón.

"No me arrepiento del tuit que puse, hay que parar ya. La fortaleza de Errejón no se puede construir debilitando o dañando a Iglesias", afirma Irene Montero, jefa de Gabinete de Pablo Iglesias.

Dañando por, según su versión, criticar la decisión de Podemos Madrid de destituir al portavoz de la asamblea madrileña, cercano a Errejón.

Incluso, el secretario de Organización Pablo Echenique, que para la corriente 'errejonista' debería ser neutral, se implicaba de lleno en la campaña. "Mucha gente en Podemos pensábamos que había que dar un toque de atención".

Una batalla que se enfangaba en plena Navidad, separando aún más a las dos familias más predominantes en Podemos.

"Se ha intentado desprestigiar a Errejón y se ha hecho muy mal el cálculo", apuntaba Rita Maestre, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid.

Era el broche a una semana turbulenta en el partido morado. Con una votación sobre las reglas del juego para el congreso del partido que se transformó de lleno en un termómetro de la fuerza de cada familia, que se saldaba con la derrota de Errejón.

Con estos mimbres, Iglesias llamaba a la unidad, algo que según los cercanos a Errejón no se ha puesto en práctica en las últimas horas.

Una división que se recruce con los 'errejonistas' denunciando que les quieren callar y con los 'pablistas' asegurando que están atacando el proyecto de Podemos.