Aznar afirma en una
entrevista en El Mundo que en Cataluña se vive una "situación
insurreccional" y advierte de que "cuanto más tiempo pase, más alto
será el precio" que se pagará por ello. En su opinión, el mayor problema que
tiene España es, en buena medida, “el PSOE de hoy, el de Pedro Sánchez”, que
depende de las fuerzas independentistas que «invitan incluso a la kaleborrokización
progresiva de Cataluña».
«Sería muy deseable
(...) salir cuanto antes de esa situación», insiste Aznar, para quien el PSOE
de Sánchez ha dejado de ser un partido constitucionalista. Pero insiste en que
la intervención de Cataluña a través del artículo 155 de la Constitución debe
ser "total" e "indefinida" para preservar el orden
constitucional y la "continuidad histórica de España" y no meramente
para "convocar elecciones" como, en su opinión, fue el objetivo de
Mariano Rajoy al activarlo que no logró "desmontar un golpe de
Estado".
"La aplicación se
hizo tarde y mal", afirma el expresidente que considera que la "clave
nacional" ha sido fundamental en el resultado de las elecciones andaluzas.
Aznar afirma que no ve a Vox como "un partido fuera del sistema",
sino como una fuerza que quiere cambiar ese sistema.
"Cosa distinta es
que me guste más o menos lo que dicen", añade antes de dejar claro que
"hay cosas en el ideario que no le gustan, como la propuesta de liquidar
el estado de las autonomías".
El expresidente rechaza
en la entrevista ser el padre intelectual de las tres formaciones de derecha y
centro derecha: "No soy tan presuntuoso para creerme eso. El mundo puede
vivir sin mí".
Del actual líder del PP,
Pablo Casado, asegura que es la persona que puede devolver la fortaleza al
partido, que "no es un líder político superficial, tiene ideas, convicciones,
valores y principios, y sigue la regla de un pensador norteamericano muy
relevante que dice: huye algo de internet y lee". Por eso, valora la
renovación en la cúpula del PP como "un buen comienzo" y vaticina que
la próxima convención del partido será "determinante, histórica".