La defensa que ha hecho la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del caso que afecta a su pareja, Alberto González, y en el que se le acusa de haber defraudado a Hacienda más de 350.000 euros entre los años 2020 y 2021, se ha tambaleado desde el principio.

El martes 12 de marzo, la presidenta aseguró que era "falso que sea él quien debe 350.000 euros por fraude, no hay fraude alguno". Aunque lo cierto es que sí existiría el fraude. De hecho, su propia pareja, le ofreció a la fiscalía "reconocer íntegramente los hechos". La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, le acusa a la presidenta de mentir. "Quiere llegar a un acuerdo para aceptar dos delitos fiscales. Yo creo que la señora Ayuso mintió", aseguró en los pasillos del Congreso.

Deuda del Estado con su pareja

Después está la supuesta deuda del Estado con la pareja de Ayuso. Ella sostiene que la razón por la que le investigan es por el hecho de retrasar los "casi 600.000 euros que Hacienda le debe". Ayuso no ha mostrado pruebas de esa deuda de la que habla, aunque esta tampoco justifica la comisión de un delito. Según ha indicado Ignacio Escolar, director y fundador de elDiario.es, "debe de ser la primera vez en la historia en la que una inspección fiscal sale a devolver".

Pero Ayuso no se queda solo ahí. Cuestiona el caso una y otra vez: "No hay trama ni sociedades pantalla. Está sufriendo una manipulación de una inspección de Hacienda que se ha orquestado para hacerme daño a mí", echó en cara la presidenta en una rueda de prensa.

Pero la realidad es que sí que existe todo esto. La investigación de la fiscalía señala a su pareja como presunto defraudador dispuesto a reconocer delitos. También señala una sociedad pantalla, con la que habría intentado pagar menos impuestos, y una trama, con cuatro empresarios investigados por hacerle facturas falsas.

Incompleta la información sobre el piso

También es incompleta la información que Ayuso da del piso que se compró su pareja donde ella vive ahora. "Está hipotecado, está registrado, está todo en A", aseguraba Ayuso.

Pero la presidenta habla de una vivienda y obvia que existe un segundo piso, justo encima, que disfrutan ellos y que casualmente se acaba de comprar el abogado de su pareja. Son algunas de las incongruencias de Ayuso, en un caso que le toca más de cerca.