Su plan era conseguir la recalificación de las más de 20 hectáreas del parque natural para construir una urbanización. Y una vez levantadas las viviendas, el duque tenía dos lucrativas opciones: un campo de golf o un puerto deportivo para los juegos europeos.
Los expertos coinciden: una idea, cuando menos, aberrante, que trastocaría el funcionamiento de los ecosistemas. Urdangarin intentó colar su malogrado plan en 2006, y lo hizo de la mano del megaconstructor Enrique Bañuelos, cuya empresa cayó un año después, lastrando a miles de accionistas.
Enric Morera, portavoz de Compromís en las Cortes, cree que "esto es la borrachera, la locura del gobierno de Camps". Eso cree la oposición, segura, además, de que hay muchos detalles por conocer. Antonio Torres, portavoz del PSPV en Les Corts, afirma que "con tal de hacerse la foto, le daban lo que pidiese", y ha añadido que "tendrán que explicar qué más había por ahí".
El juez Castro no espera sorpresas en la instrucción del caso. El magistrado escuchó este martes cómo Esteban González Pons le contaba los planes de Urdangarin en la Albufera, aunque su firma como consejero de Presidencia de la Generalitat aparece en el convenio que autorizó el pago de casi 400.000 euros a Urdangarin, González Pons asegura que fue un mero formalismo. Pero a día de hoy, nadie ha explicado por qué el duque de Palma cobró dinero de todos los valencianos a cambio de nada.