La estufas de gas permiten disfrutar de las terrazas durante todo el año, resultando así muy prácticas para hosteleros y consumidores. No obstante, se trata de aparatos muy contaminantes.

En el contexto de la emergencia climática, los ciudadanos se plantean qué priorizar: la responsabilidad medioambiental o la comodidad de poder estar en la calle sin importar la época del año.

En algunas ciudades de Francia ya las han prohibido, pues a nivel energético resultan un grave problema.