El planeta se la juega en la COP28, una cumbre climática que apunta a récord de asistentes, puesto que de logros está por ver. El mundo está llamado a ajustar cuentas con los combustibles fósiles -son ellos o nosotros, vienen a decir los científicos- y las promesas incumplidas.
Porque el globo arde, literal y metafóricamente, en un año en que van a volver a batirse récords de temperatura. Según los informes previos con los que este jueves desayunarán los enviados de 200 países, no solo no estamos ni cerca de contener el calentamiento global por debajo de los dos grados (como se firmó en París en 2015), sino que, al paso que vamos y con las políticas actuales, la temperatura del planeta va a subir tres grados, el doble de lo que pide la ciencia para que asegurar la supervivencia de nuestra especie.
"Eso es de media; y en la cuenca mediterránea, para nosotros, se traducirá en ocho grados más. Así que es urgentísimo", alerta el divulgador medioambiental Miguel Aguado Arnáez. Lo explica muy gráficamente: "Es como tener un incendio en casa y decirle a los bomberos que esperen o entren de uno en uno, que ahora no nos viene bien: absurdo", sentencia.
¿El fin de los combustibles fósiles? No parece que sea en esta COP
Dicen los expertos que esto solo se frena con emisiones cero de gases invernadero (de aquí a 2050) y eso pasa por ir todos a una y abandonar el petróleo, el gas y el carbón. En este marco, resulta muy llamativo que los anfitriones de esta COP sean Dubái y un magnate del petróleo (Sultan Al Jaber, director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi, decimosegunda productora mundial de crudo).
Sí, hablan de "triplicar las renovables y duplicar la eficiencia energética" -eslogan de la cumbre- pero apuestan por un futuro que no rechace sin que incluya los combustibles fósiles.
Aguado Arnáez lo contextualiza, de nuevo, muy elocuentemente: "Es como un congreso de veganismo en una hamburguesería", asevera a laSexta el también director de B. Leaf. "El anfitrión no es el adecuado, probablemente sea un lavado de imagen y una oportunidad para hacer negocios por detrás", explica. Pero también, apostilla, hay mucha gente con buenas intenciones y que va a trabajar de verdad, así que acuerdos habrá. "No los más cruciales, quizá, pero los habrá", augura.
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Una cumbre, (al menos) tres posturas ante la emergencia
Difícil aventurar qué saldrá, pues, de Dubái, con un mundo dividido en tres: países que viven de los combustibles fósiles, países que tienen (¿tenemos?) bastante clara la apuesta por las energías renovables... y los que bastante tienen con estar en vías de desarrollo, sin recursos y a la vez los más castigados por la emergencia climática.