Comer menos carne es lo primero que hay que hacer para que nuestra dieta sea más sostenible. Y es que, la ganadería supone más del 14% de los gases de efecto invernadero que emitimos. Estos procesos contaminan más que todos los coches, camiones, aviones y barcos del mundo.

Otra de las claves para impulsar una dieta más sostenible es comer más legumbres. Porque, por ejemplo, producir 50 gramos de proteína de ternera contamina 44 veces más que la misma cantidad de alubias. De cordero, 24 veces más, y de cerdo, 9.

La tercera clave es darle más peso a la 'dieta verde'. Es decir, si comes carne, hay que prestar atención a su origen. No es lo mismo la ganadería extensiva local, con la que los animales pastan al aire libre, que la intensiva, que agolpa en fábricas a muchos animales.

El 80% de la deforestación se debe a la tala para cultivar el alimento de la granjas

En este sentido, cabe destacar que la ganadería intensiva influye mucho en la deforestación de los bosques. En Brasil, por ejemplo, el 80% de la deforestación se debe a la tala para cultivar el alimento de este tipo de granjas. El 33% de la superficie de la tierra ya está dedicada a alimentar al ganado.

Por último, nos centramos en el pescado, conseguirlo contamina menos que la carne. El problema es que el 33% de los bancos están sobreexplotados y el 67% restante, al límite.

Pero, ¿pueden los gobiernos hacer algo al respecto? Subir impuestos. Para compensar las emisiones de la carne de ternera, por ejemplo, debería aumentar su precio un 40%.