Continúan las labores de rescate en la región italiana de Emilia Romaña, donde las peores lluvias torrenciales en 100 años dejan al menos 14 víctimas mortales, más de 20.000 evacuados y daños millonarios, mientras hay pueblos que permanecen aislados.

Los bomberos siguen auxiliando a los habitantes de estas localidades y a los vecinos que han quedado atrapados en sus casas y suman ya 2.175 intervenciones desde que empezaron las tormentas.

Unas operaciones de rescate que resultan complejas por las numerosas averías en las redes eléctricas y telefónicas, ya que muchas personas se encuentran incomunicadas, además de que decenas de carreteras comarcales están impracticables por los desprendimientos de tierra.

En la noche del jueves al viernes continuaban las inundaciones en Rávena, donde el Ayuntamiento ordenó la evacuación de viviendas en calles donde el agua estaba subiendo peligrosamente. Además, en varios pueblos aún hay casas sin electricidad ni agua potable, mientras que en los Apeninos algunas localidades están aisladas debido a los deslizamientos de tierra, particularmente en la zona de Forlì.

Temor ante nuevas tormentas

La agencia ambiental regional mantiene la alerta roja, aunque las previsiones meteorológicas han mejorado en las últimas horas, pero se teme que vuelva a llover durante el fin de semana, en un momento en que los ríos aún se encuentran en estado de alerta por las crecidas.

Así, ante la llegada inminente de una nueva tormenta, el municipio de Rávena ha ordenado la evacuación de las localidades de Piangipane y Santerno. El municipio de Conselice también ha sido parcialmente evacuado, según han confirmado los servicios de Emergencia al diario 'La Repubblica'.

El servicio meteorológico italiano anticipa para este fin de semana fuertes chubascos en el norte, en el centro -particularmente en los Apeninos- y posibles tormentas adicionales en el sur, en especial en Calabria, Sicilia y Cerdeña.

Entretanto, el ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin, ha anunciado que el Gobierno aprobará el próximo martes la declaración de estado de calamidad para Emilia Romaña y para la parte norte de Marcas, mientras el presidente de Emilia Romaña, Stefano Bonaccini, ha advertido de que "estamos hablando de miles de millones de euros en daños".