Ucrania ha rechazado entregar las armas de su ejército y abandonar antes del mediodía de este lunes la ciudad de Mariúpol, tal y como le ha exigido Rusia en un ultimatum enviado al Gobierno de Kiev: el Ejército ucraniano que defiende la ciudad del sureste del país tiene hasta primera hora de la mañana de este lunes para entregar las armas y ceder el control a Moscú.

La viceprimera ministra y jefa del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Ucrania, Iryna Vereshchuk, ha expresado en declaraciones al diario 'Ukrayinska Pravda' que el ministerio de Defensa de la Federación Rusa envió una carta a Kiev de ocho páginas "que son un regreso a la historia y un delirio". "Enviaron la misma carta a la ONU, al Comité Internacional de la Cruz Roja y esperaban que las organizaciones internacionales reaccionaran y comenzaran a presionar a Ucrania. Esto no sucederá. El CICR y la ONU entienden que es una manipulación de Rusia y que está tomando personas como rehenes", ha respondido.

Asimismo, ha añadido que Ucrania no puede "hablar sobre la entrega de armas. Ya hemos informado a la parte rusa al respecto", al señalar que se respondió a Moscú que "en lugar de pasar tiempo escribiendo 8 páginas de carta, simplemente abra el corredor" humanitario para que puedan salir los civiles.

El Ministerio de Defensa ruso, según declaraciones a la agencia rusa Tass, había dado de plazo hasta las cinco de la mañana para responder. La institución también habría asegurado que habrá una salida segura para todos aquellos que entreguen las armas.

"Entreguen sus armas", ha ordenado el coronel general Mijaíl Mizintsey, director del Centro Nacional para la Gestión de la Defensa de Rusia. "Se ha desarrollado una terrible catástrofe humanitaria. Todos los que entreguen las armas tienen garantizada una salida segura de Mariúpol", ha expresado.

"En ese caso, la salida organizada de la ciudad se efectuará de la siguiente forma: de 10 a 12 horas todas las unidades armadas de Ucrania y los mercenarios extranjeros sin armas y municiones (podrán abandonar la localidad) por una ruta acordada con Ucrania", aseveraba Mizintsev.

Según Rusia, se habrían evacuado hasta 59.000 personas de Mariúpol en los últimos tres días y ha ofrecido corredores humanitarios desde la ciudad tanto al este como al oeste. En este sentido, desde Moscú reconocen que en Mariúpol se ha producido una "catástrofe humanitaria", pero culpan a los "nacionalistas" armados ucranianos de haberla provocado.

El jefe militar ha afirmado que las fuerzas rusas no han utilizado en la ciudad armamento pesado y tampoco lo han hecho las milicias prorrusas de Donetsk que combaten con el Ejército de Rusia.

Además, indicaba que a partir del mediodía en la ciudad podrían entrar convoyes humanitarios con alimentos, medicamentos y artículos de primera necesidad tanto de Kiev, como de territorios del este del país, que no están bajo su control. Paralelamente, Mizintsev llamaba a las organizaciones internacionales, entre ellas la ONU y la Cruz Roja, a enviar a sus representantes a la ciudad para supervisar las evacuaciones de los civiles.

El Gobierno ucraniano admitió hace dos días que actualmente no tiene posibilidad de enviar refuerzos militares a Mariúpol. Olexii Arestovich, asesor del presidente Volodomir Zelenski, dijo que las fuerzas más cercanas están a más de 100 kilómetros de distancia o ya involucradas en otros combates. "Actualmente no hay una solución militar para Mariúpol. No es solo mi opinión, es también la opinión de los militares", dijo.

Se agrava el horror

La campaña militar rusa en Ucrania cumple este lunes su vigésimo sexto día mientras continúan los combates en el norte y sureste del país ante la falta de avances tangibles en el proceso de negociación bilateral para un alto el fuego.

Una de las situaciones más dramáticas se vive precisamente en Mariúpol, donde las autoridades han denunciado el bombardeo ruso de una escuela de arte que servía de refugio para 400 civiles, incluidos ancianos, mujeres y niños, sin ofrecer datos sobre posibles víctimas.

Unas 400.000 personas han estado atrapadas en Mariúpol durante más de dos semanas en medio de intensos bombardeos que han cortado los suministros centrales de electricidad, calefacción y agua, según fuentes locales. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha calificado este domingo el sitio de Mariúpol como "un acto de terror que será recordado en los siglos venideros". Rusia a su vez acusó a las autoridades de Ucrania de impedir la salida de los habitantes de Mariúpol en dirección a la frontera rusa a través de corredores humanitarios.