El pasado viernes, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, informó de que el acuerdo migratorio suscrito entre Turquía y la UE permitirá comenzar las devoluciones a Turquía a partir del 4 de abril.

El polémico acuerdo prevé que Turquía acoja a todos los inmigrantes y refugiados que lleguen a Europa de forma irregular a partir del 20 de marzo a cambio de ayudas económicas, visado para los turcos y la aceleración de las negociaciones de ingreso en la UE.

Desde el 20 de marzo se han registrado 5.622 inmigrantes y refugiados en Grecia, pero se desconoce qué harán las autoridades turcas con las personas que sean devueltas.

Dikili, punto de partida del último grupo de inmigrantes, podría ser un lugar de llegada, pero no se han realizado preparativos. Cientos de vecinos se han manifestado en contra de la construcción de un campamento de refugiados. Otros exigen que sean ubicados en los campamentos levantados en la frontera con Siria.

"No queremos ver cuerpos de bebés en nuestra costa", han coreado algunos de los manifestantes, equipados con banderas turcas, en referencia al cuerpo sin vida del niño de tres años Aylan Kurdi, recuperado el pasado mes de octubre tras un naufragio.