En Glendale (Arizona)

Trump vuelve a culpar a la "izquierda radical" del asesinato de Charlie Kirk en un multitudinario funeral en Arizona

¿Por qué es importante? El presidente de Estados Unidos lideró un acto en el que política y religión se mezclaron de forma constante. "El arma estaba apuntada contra él, pero la bala iba dirigida contra todos nosotros, contra cada uno de nosotros", aseguró.

Donald Trump, junto a Erika Kirk, viuda de Charlie KirkDonald Trump, junto a Erika Kirk, viuda de Charlie KirkAgencia AP
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El asesinato de Charlie Kirk fue "un terrible atentado contra los Estados Unidos de América". Son palabras de un Donald Trump que ha vuelto a vincular a la "izquierda radical" con la muerte del activista 'trumpista', atacando a Joe Biden, a los medios de comunicación y a los migrantes.

Para Trump, Kirk "era un mártir de las libertades estadounidenses, un cristiano y un seguidor de su salvador Jesucristo", palabras que se dieron desde el State Farm Stadium de Glendale (Arizona) en un multitudinario funeral que congregó a más de 63.000 personas.

"El arma estaba apuntada contra él, pero la bala iba dirigida contra todos nosotros, contra cada uno de nosotros", aseguró Trump, que confesó que él "odiaba" a los rivales a los que Kirk deseaba "lo mejor". "Toda la Administración está aquí y no solamente porque era nuestro amigo, sino porque gracias a él estamos aquí", afirmó el presidente de Estados Unidos. En el funeral también estuvieron presentes el vicepresidente J.D. Vance, la viuda de Kirk, Erika, y muchos otros miembros de la Administración Trump.

El acto estuvo envuelto en una mezcla de religión y política en lo que acabó convirtiéndose en una suerte de funeral de Estado. Trump recordó, además, que otorgaría a Kirk de manera póstuma la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil que se entrega en Estados Unidos.

Trump y Musk se reencuentran en el acto

Una de las promesas del mandatario estadounidense fue la de "traer de vuelta a Dios al país", mientras que su secretario de Estado, Marco Rubio, comparó la labor de Kirk con la de Jesucristo.

Antes del presidente, Erika Kirk, la viuda del activista, subió al escenario para dedicar unas palabras a su marido, llegando a asegurar que perdonaba al joven de 22 años acusado de haberle asesinado: "Mi esposo quería salvar a jóvenes, como el que le quitó la vida (...) A ese hombre, a ese joven, lo perdono. Lo perdono porque fue lo que hizo Cristo y es lo que Charlie haría".

Las casi cinco horas de funeral dieron lugar a muchas imágenes, como la reconciliación de Trump con Elon Musk, presente en el acto. Stephen Miller, subjefe de Gabinete de la Casa Blanca, dio uno de los discursos que más gustaron a los asistentes, al dirigirse al asesino de Kirk: "Creíste que podías matar a Charlie Kirk. Lo hiciste inmortal. Inmortalizaste a Charlie Kirk, y ahora millones continuarán su legado".