Trump quiso cerrar la saga política que tuvo en vilo a Washington durante el último mes, al organizar una ceremonia vespertina en la Casa Blanca en honor a Kavanaugh, que este sábado juró su cargo como juez vitalicio del Supremo.

"En nombre de todo el país, quiero disculparme con Brett y con toda la familia Kavanaugh por el dolor y sufrimiento que han tenido que pasar", afirmó Trump al comenzar la ceremonia, flanqueado por Kavanaugh, su esposa y sus dos hijas.

"Lo que le ocurrió a la familia Kavanaugh viola cualquier noción de justicia, decencia y debido proceso", agregó Trump, quien describió lo sucedido como una campaña "de destrucción personal y política basada en mentiras".

El mandatario no mencionó directamente las acusaciones de abuso sexual ni citó a Christine Blasey Ford, la mujer que denunció ante el Senado que Kavanaugh se propasó con ella cuando ambos estaban en el instituto, pero sí emitió su propio veredicto sobre el caso.

"Se ha demostrado que usted, señor, es inocente", sentenció. Trump se pronunció así a pesar de que ni el Senado ni el FBI, que entrevistó a un número limitado de testigos, han llegado a ninguna conclusión pública sobre la culpabilidad o inocencia del juez.