Las pasadas Navidades, hacerse con un test de COVID-19 era una misión prácticamente imposible en España, donde, desde el pasado 15 de enero, su precio está limitado a un máximo de 2,94 euros. Sin embargo, otros países vienen ofreciendo estas pruebas a precios más bajos o incluso de forma gratuita: es el caso de Austria, que ofrece test ilimitados gratis para todos.

Una cara estrategia que, sin embargo, no ha evitado altos picos de hospitalizaciones ni cierres de la economía y la actividad social en el país centroeuropeo, a pesar de que hasta ahora allí se han realizado unos 140 millones de pruebas PCR y de antígenos, una media de 15 test por persona, lo que le sitúa como el segundo país del mundo con más pruebas realizadas en proporción a su población.

Así, en los colegios austriacos los niños deben someterse a tres test semanales y en la capital, Viena, hay 30 puntos y más de 250 farmacias donde hacerse una PCR gratuita, mientras que en casi todas las regiones del país es posible hacerse un número ilimitado de test PCR mediante gárgaras en casa, que se entregan en supermercados o droguerías.

Una estrategia de testeo que costó al país unos 1.600 millones de euros de euros el año pasado y a pesar de la cual su incidencia acumulada supera la media europea, que el pasado noviembre llegó a ser una de las más altas del mundo, llevando al país al confinamiento, y que no ha evitado que las hospitalizaciones hayan estado varias veces por encima de la de países que realizan muchos menos test.

Aunque varios expertos creen que la enorme inversión austriaca en pruebas no está justificada, la ciudad de Viena insiste en mantener este servicio público: la capital austriaca ha realizado hasta la fecha unas 33 millones de PCR, con una ratio de test por habitante 19 veces más alta que en España. Allí, cada PCR cuesta entre 5 y 8 euros, frente a los 70 euros aproximadamente que cuesta en un laboratorio privado.

No obstante, el impacto de la variante ómicron en el país está reforzando la tesis de que la idea de test gratis para todos no es eficiente, mientras en varias regiones -menos Viena- los laboratorios están desbordados ante la fuerte subida de casos de más del 70% en siete días.