Barack Obama se enfrenta a la semana más horrible de todo su mandato. El presidente acudió al funeral de las víctimas de Boston y, emocionado, estuvo tratando de consolar a los familiares y amigos. Pero además, Obama, en su semana más dura desde que llegó al poder, ha tenido que enfrentarse al devastador incendio de Texas y a la crisis por las cartas envenenadas con ricina.
Enfadado y visiblemente molesto tuvo que afrontar el 'No' del Senado a su ley de control de armas. La semana del presidente ha terminado con el tiroteo y la caza de los terroristas del Maratón de Boston en la localidad de Watertown.