El Ejército ucraniano ha anunciado que ha expulsado a las tropas rusas más allá del río Séverski Donets, que cruza el Donbás y que es clave para el control de las regiones de todo el este del país, incluido Járkov. "Entramos en una nueva y larga fase de la guerra. Para vencer debemos planificar detenidamente los recursos, no cometer errores y calcular nuestras fuerzas para que finalmente el enemigo se rinda", ha explicado el ministro de Defensa ucraniano, Alexéi Réznikov, en un comunicado en Facebook.

Según la inteligencia británica, la ofensiva rusa ha perdido impulso en el Donbás, cuyo control era una de los grandes objetivos de la invasión, tal y como el propio Kremlin reconoció tras el fracaso en el intento del control de Kiev durante el primer mes de invasión. La esperada contraofensiva ucraniana parece dar sus primeros frutos, aunque se desconoce si el repliegue ruso es parte de una estrategia para ahorrar fuerzas y lanzar el ataque final contra los bastiones militares ucranianos en la región de Donetsk. Réznikov incluso habló de una "derrota estratégica" de Rusia al no lograr para el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, el 9 de mayo, los objetivos que se marcó en esta campaña militar.

El periodista Alberto Sicilia, ha explicado que "los avances rusos están siendo muy lentos": "La inteligencia británica ha publicado un análisis en le que dice que Rusia ha perdido al menos un tercio de sus tropas. Empezó con unos 120 grupos tácticos de batallón y ahora estaría solo en 80. El futuro de la guerra en el Donbás, lo que pase en las próximas semanas y meses dependerá de la rapidez con la que Rusia consiga rearmar y recomponer todas esas unidades".

No obstante, los ataques continúan en diversos puntos del país. Esta misma jornada Rusia ha bombardeado con cuatro misiles el área de Yavoriv, en la región de Liv, muy cerca de la frontera con Polonia, mientras continúan los combates en la acería de Azovstal en Mariúpol.