Las fuerzas rusas no han podido hacerse con la Azovstal, la acería que se ha convertido en el último reducto de la resistencia ucraniana en Mariúpol, aunque desde Moscú aseguran que la ciudad ya ha caído en este día 57 de la invasión. Todo mientras el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, niega haber recibido una propuesta rusa para acabar con el conflicto de manera negociada.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha trasladado esa información al presidente Vladimir Putin, quien ha felicitado al mando militar por el éxito.

"Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y las milicias de la república popular de Donetsk han liberado Mariúpol, lo restos de las formaciones nacionalistas se refugiaron en la zona industrial de la planta Azovstal", ha señalado el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú en una reunión con Putin.

Según los cálculos de las tropas rusas, quedan unas 2.000 personas en la acería y Putin ha ordenado cancelar la operación para hacerse con el control de las instalaciones y, por el contrario, bloquear cualquier salida para que ni siquiera "una mosca" pueda salir.

"Considero inapropiado el asalto propuesto a la zona industrial. Ordeno cancelarlo", ha mandado.

De confirmarse su caída bajo poder ruso, Mariúpol -o lo que queda de ella, tras haber sido reducida a escombros- sería la ciudad más grande tomada por Rusia desde que comenzó la invasión hace ya dos meses y después de que el Estado Mayor de Moscú tuviera que redefinir su estrategia. De intentar controlar todo el país y tomar Kiev, pasaron a centrar sus esfuerzos en la zona del Donbás, donde se encuentran las regiones separatistas prorusas de Lugansk y Donetsk.

La ciudad portuaria, asediada desde el inicio de la ofensiva, se ha convertido en un objetivo estratégico para Putin. En primer lugar, por su salida al mar de Azov y, en segundo, porque permitiría unir por tierra la península de Crimea -ocupada por Rusia en 2014- con los territorios prorrusos en Ucrania.

Una docena de civiles consiguieron abandonar ayer la ciudad en los corredores humanitarios que consiguieron habilitar las autoridades ucranianas. Según las estimaciones, miles de personas han muerto en el bloqueo a la ciudad, que llegó a tener medio millón de habitantes.

El jefe de la delegación negociadora de Ucrania, David Arahamiya, ha anunciado que él y el asesor de la Oficina del Presidente y también negociador Mykhailo Podoliak están listos para viajar a Mariúpol e iniciar conversaciones con Rusia tan pronto como Moscú les confirme la reunión.

"Mykhailo Podoliak y yo estamos listos para llegar a Mariupol para mantener conversaciones con la parte rusa sobre la evacuación de nuestra guarnición militar y civiles", ha señalado a través de su canal de Telegram. Arahamiya ha enfatizado que los representantes de la delegación ucraniana mantienen un contacto constante con los defensores ucranianos que resisten en Mariupol.

Zelenski niega haber recibido una oferta rusa

Por su parte, Zelenski ha negado en las últimas horas haber recibido una oferta por escrito por parte de Rusia para una solución negociada del conflicto, un texto que, según Moscú, han elaborado durante al menos ocho semanas.

"No he oído nada, no he visto nada. Estoy convencido de que no nos han entregado nada", ha dicho el mandatario ucraniano, según ha recogido DPA, en una conferencia de prensa junto al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que ha visitado el país por sorpresa para reunirse con Zelenski.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha informado de que los negociadores rusos han entregado el borrador de un documento "con redacción clara" a la parte ucraniana, aunque no precisó más detalles sobre su contenido.

"En este momento, nuestro borrador del documento ha sido entregado a la parte ucraniana", ha trasladado Peskov en rueda de prensa, donde ha matizado que "incluye formulaciones elaboradas y absolutamente claras".

"La pelota está en su lado, estamos esperando una respuesta", ha continuado, antes de asegurar que, en cuanto a plazos, "depende de la parte ucraniana".