60 euros de multa. Así de barato le ha salido a Boris Johnson saltarse sus propias normas del confinamiento en el 'partygate': las fiestas organizadas en Downing Street cuando no estaban permitidas las reuniones.

Ya ha pagado la sanción correspondiente a uno de los 12 eventos investigados por la Policía: el del 19 de junio del 2020, cuando celebró su cumpleaños en una fiesta sorpresa organizada por su mujer, también sancionada. El primer ministro ya ha dejado claro que no va a dimitir y ha apuntado que va a "seguir adelante y continuar con el mandato".

Pero el escándalo resuena en todos los medios británicos. El número 10 de Downing Street ha sido rebautizado como la escena del crimen en 'The Independent' y el propio Boris Johson es Pinocho en la portada del 'Daily Star'. Otros medios como 'The Guardian' le recuerdan su propia hipocresía señalando que quebrantó su propia ley pero se niega a irse.

Sin embargo, la prensa más conservadora apoya el argumento del primer ministro: eso es pasado y ahora toca centrarse en la guerra de Ucrania.