Al menos 29 personas resultaron heridas por una explosión en un convoy del metro en la estación de Parsons Green, en el suroeste de Londres, en la línea District, en un atentado reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI). La amenaza estaba hasta ahora en "grave", el cuarto más alto de una escala de cinco y que implicaba que un atentado terrorista contra el Reino Unido era altamente probable. La decisión de subir el nivel de amenaza, según el Gobierno, ha sido tomada por el Centro de Análisis Conjunto de Terrorismo, compuesto por representantes de 16 departamentos del Gobierno y con sede en las oficinas de los servicios secretos MI5.
La jefa del Gobierno explicó que se trata de una medida "proporcionada" y que permitirá el despliegue de soldados para ayudar a la Policía a reforzar la seguridad en el país, en especial en la red de transporte. May pidió a la población que esté "alerta" y que colabore con las fuerzas del orden. La Policía busca al responsable de la explosión, que se produjo en un cubo blanco que estaba en una bolsa de supermercado.
La última vez que las autoridades británicas decidieron elevar el nivel de amenaza a "crítico" fue el pasado mayo tras el atentado suicida en el estadio Manchester Arena, en el norte de Inglaterra. La explosión provocó heridas leves a los 29 pasajeros atendidos en hospitales, en su mayoría por quemaduras o por los golpes sufridos cuando trataban de salir corriendo de la estación, de los cuales ocho habían recibido el alta esta tarde. Los responsables del transporte cerraron un tramo de la línea District, entre las estaciones de Wimbledon y Earls Court, mientras la Policía observa las imágenes de las cámaras de seguridad.
El artefacto de fabricación casera que explotó tenía, según los medios, un detonador pero no llegó a explotar en su totalidad, lo que ha hecho pensar a los expertos que el responsable tenía como objetivo provocar numerosas víctimas a la hora punta de la mañana. May presidió una reunión del comité de emergencia Cobra, formado por los principales ministros, las fuerzas del orden y representantes de los servicios secretos, aunque en esta ocasión también se sumó el alcalde de Londres, Sadiq Khan.