UN AÑO DE SU INVESTIDURA

Recorte de derechos, aranceles y giros de guion: así ha sido el primer año del segundo mandato de Trump

¿Qué ha ocurrido? En estos primeros doce meses se ha podido ver a un presidente de los Estados Unidos más autoritario, antidiplomático y hortera, que no solo ha dinamitado pilares básicos de la democracia, sino también el Despacho Oval.

Recorte de derechos, aranceles y giros de guion: así ha sido el primer año del segundo mandato de Trump

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cumplirá el próximo día 5 de noviembre, un año desde que volviese a ser investido. Doce meses en los que el mundo no ha ganado para sustos. Pocos podían imaginar lo mucho que iba a acelerar este Trump 2.0 para imponer el Proyecto 2030, esa agenda ultra-neo-con que llevaba detrás.

Recortes de derechos y aranceles

El tecnopopulismo ha entrado en la Casa Blanca y con él los grandes recortes: de servicios públicos y de derechos básicos en democracia. Este año hemos visto un Trump cada vez más autoritario, ya que ha cargado contra los migrantes, las mujeres, el aborto o la libertad educativa. "No debería haber mujeres en puestos de combates", ha llegado a exclamar Peter Hegseth, nominado a secretario de Defensa. No se quedaría atrás el presidente: "Lo de Harvard es una vergüenza, abusan de su poder", expresó cuando canceló la admisión de estudiantes extranjeros en sus universidades.

Asimismo, ha reforzado las fronteras económicas con las que tan pronto hacía temblar los mercados, anunciando salvajes guerras comerciales, como demonizaba por ejemplo a los europeos, aunque también a los chinos. "La Unión Europea se creó para joder a EEUU", expresó el líder republicano durante una de sus andanadas comerciales. Todo para acabar rebajando las tasas una vez que conseguía lo que quería.

Antidiplomacia y perversión del Despacho Oval

Este primer año del segundo mandato de Trump, también ha estado marcado por la antidiplomacia. Uno de los momentos más recordados es sin duda la encerrona que le preparó al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a quien llegó a acusar de estar "jugando con la Tercera Guerra Mundial".

Pero este Trump 2.0 no solo ha minado pilares democráticos y del orden mundial, sino que ha llegado a pervertir el Despacho Oval. Demolió el ala este para, literalmente, construir un salón de baile adornado con molduras doradas, alfombras claras y cuadros conmemorativos, todo a su imagen y semejanza.

Cambios de opinión y teletienda

Además, estos doce meses han estado marcados por los constantes cambios de opinión. Un buen ejemplo son sus contradictorias declaraciones sobre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, a quien tan pronto ha amenazado como ha señalado como un buen tipo. "Estoy decepcionado con el presidente Putin", comentó después de fracasar en uno de sus intentos de mediación en el conflicto, para después variar en su discurso: "Putin es un tipo inteligente, quiere la paz".

Por último, el presidente de los Estados Unidos no ha parado de hacer negocio. De hecho, ha utilizado repetidamente su posición como peculiar plató de teletienda. En este tiempo ha promocionado los coches de su examigo Elon Musk, biblias, colonias, cromos virtuales, ropa de su hija o giras oficiales para afianzar negocios como los que él y su familia tienen en Oriente Próximo.

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