Bowers, de 47 años y vecino de Pittsburg, sembró el pánico en la sinagoga de la Congregación del Árbol de la Vida cuando abrió fuego de manera indiscriminada al tiempo que gritaba que "todos los judíos deben morir", según relataron testigos presenciales.

Al llegar las fuerzas de seguridad, Bowers, que estaba armado con un fusil semiautomático y varias pistolas, abrió fuego contra los agentes y se atrincheró en el templo, haciendo temer que se pudiera producir una situación con rehenes.

Sin embargo, pocos minutos después de la llegada de las fuerzas del orden, el director de los Servicios de Seguridad de Pittsburg, Wendell Hissrich, anunció que el atacante se encontraba bajo custodia policial y que había sido trasladado a un hospital para recibir tratamiento médico.

Según ha confirmado el propio Hissrich, 11 personas fallecieron durante el ataque y otras seis resultaron heridas, sin incluir al agresor. Aunque aún se desconocen los motivos que llevaron a Bowers a perpetrar el ataque, sus mensajes en la red social Gab, muy popular entre los grupos supremacistas del país, hacen sospechar que se trata de una agresión antisemita.

De hecho, el atacante publicó un mensaje, que ya ha sido borrado por la compañía, en el que decía: "No puedo sentarme a ver cómo mi gente es aniquilada. Que se joda vuestro punto de vista. Voy a ello". Además, Bowers era asiduo a difundir imágenes de sus armas y de sus prácticas de tiro en la red social.

Todo ello ha llevado al presidente de EEUU, Donald Trump, a declarar que "definitivamente" parece tratarse de un "crimen antisemita" y a lamentar que "estas cosas sigan pasando". El agente especial del FBI, Bob Jones, pidió "paciencia" mientras se investiga "esta acción odiosa" y aseguró que en los próximos días las autoridades inspeccionarán minuciosamente la vivienda, el coche y las redes sociales de Bowers.