La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha anunciado este miércoles su renuncia como presidenta del Partido Socialdemócrata (SDP), tras no haber sido capaz de revalidar la victoria en las elecciones parlamentarias celebradas el pasado domingo.

Marin continuará en su cargo hasta que el SDP, que cayó de la primera a la tercera posición en esos comicios por detrás de los conservadores y la ultraderecha, elija a su sucesor el próximo mes de septiembre.

La líder socialdemócrata afirmó ante los medios finlandeses que, a pesar de la derrota, está satisfecha del resultado logrado por el SDP en estas elecciones, ya que consiguió aumentar su número de escaños.

Ligeramente emocionada, ha afirmado que estos tres años largos al frente del Gobierno han sido duros para ella y han puesto a prueba su propia capacidad de resistencia. "Han sido años excepcionalmente difíciles y tiempos duros. Con este resultado electoral, siento que tengo la oportunidad de pasar página en mi propia vida", ha dicho a la prensa.

Marin, que aspiraba a ser reelegida como primera ministra, continuará su carrera política como diputada, aunque antes estará al frente de su partido durante las negociaciones con los conservadores para la formación del próximo Ejecutivo de coalición. "El SDP está preparado para gobernar. Somos duros negociadores, pero también un partido capaz de cooperar que ha estado en el Gobierno muchas veces en la historia de Finlandia", ha afirmado.

También ha dejado claro que, en el caso de que el SDP esté en el próximo Ejecutivo, ella no aspira a ocupar ningún cargo ministerial. Preguntada por cuál cree que es su legado, Marin dijo que el SDP "está más unido que nunca" y confía que seguirá siendo así después de su renuncia.

El Partido Socialdemócrata consiguió en las elecciones del pasado domingo el 19,9 % de los votos, 2,2 puntos más que en los anteriores comicios, y logró aumentar su número de diputados en el Eduskunta (Parlamento) desde los 40 hasta los 43. Aunque este resultado relega al SDP al tercer puesto, por detrás de la formación conservadora Kokoomus y la ultraderechista Verdaderos Finlandeses, es la primera vez en dos décadas que el partido del primer ministro gana apoyo tras concluir su legislatura.

El líder conservador, Petteri Orpo, tiene previsto iniciar la próxima semana las negociaciones para formar Gobierno con todos los partidos con representación parlamentaria, para intentar conseguir una coalición con una amplia mayoría en el Eduskunta.