Guerra en Gaza
La polémica Fundación Humanitaria para Gaza anuncia el cese de sus operaciones en la Franja
La otra cara Durante meses ha sido la encargada de gestionar los puntos de reparto de ayuda en los que han muerto cientos de personas.

Resumen IA supervisado
La Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), encargada por Israel de distribuir alimentos en la Franja desde mayo hasta el alto el fuego de octubre, anunció el cese de sus operaciones. La GHF, integrada por exmilitares y empresas de seguridad, fue criticada por la ONU por no seguir principios humanitarios, causando caos y muertes en los repartos. Aunque distribuyeron millones de comidas, su labor fue cuestionada por falta de transparencia. La ONU retomó las tareas humanitarias tras el alto el fuego. Además, Hamás pidió apoyo internacional para eliminar explosivos sin detonar en Gaza, que continúan representando un peligro mortal. Desde el alto el fuego, al menos 67 niños han muerto en incidentes relacionados con el conflicto.
* Resumen supervisado por periodistas.
La polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), organización estadounidense encargada por Israel de repartir comida en la Franja desde mayo hasta el alto el fuego de octubre, anunció este lunes el cese de sus operaciones en el enclave palestino.
"En un momento crítico, la misión de ayuda de emergencia liderada por Estados Unidos ayudó a sentar las bases para el alto el fuego y el futuro de Gaza", esgrime la GHF en un comunicado.
La GHF es una organización estadounidense sin ánimo de lucro, integrada por exmilitares estadounidenses, empresas privadas de seguridad y operadores humanitarios, pero la ONU destacó meses atrás que no trabajaba según los principios de la ley internacional humanitaria y sus métodos llegaron a causar cientos de muertos en Gaza.
Desde que la organización desembarcara en Gaza, con tres centros de operaciones en el sur y otro en el centro de la Franja -que sustituyeron a 200 puntos de reparto de la ONU-, la distribución se convirtió rápidamente en un caos, con palestinos agolpándose en las instalaciones para conseguir alimentos y constantes escenas en las que eran repelidos con violencia.
Este caos se mostró en una situación de bloqueo de la entrada de ayuda a Gaza por parte de Israel, que fue total a partir de marzo hasta que en mayo comenzó a actuar la GHF, una organización que no llegaba a cubrir las necesidades de los gazatíes, lo que derivó en una hambruna declarada este verano por una organización avalada por la ONU.
Desde la ofensiva israelí tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, más de 2.100 palestinos han muerto mientras acudían a solicitar ayuda humanitaria, entre ellos quienes se encontraban en las cercanías de los centros de GHF o de camino a estos, según las Naciones Unidas.
"Con la creación del Centro de Coordinación Civil-Militar para Gaza y un renovado compromiso de la comunidad humanitaria internacional, la GHF cree que ha llegado el momento del cese de operaciones", culminó el director ejecutivo de GHF, John Acree, en el comunicado.
"Récord" en el reparto de ayuda
La entidad también difundió este lunes un informe de impacto de sus labores en Gaza a las que, pese a los episodios de desesperación y muerte en los repartos, calificó como de "récord".
"En respuesta al llamamiento del presidente Donald Trump para que la ayuda llegara directamente a la población de Gaza, la GHF construyó un nuevo modelo desde cero: sitios seguros, personal local verificado, operaciones disciplinadas y entrega directa a los civiles sin interferencia de Hamás ni de otros actores", añadió la organización.
Según sus cálculos, desde que se establecieran a finales de mayo, distribuyeron en la Franja más de tres millones de cajas de alimentos, con un total de 187 millones de comidas; entregando más de 5.6000 toneladas de patatas y 1.300 de cebollas; así como 1,1 millones de suplementos alimenticios para niños con desnutrición.
Sin embargo, debido a que emergió como sustituto a la labor humanitaria realizada por Naciones Unidas, a la que el Gobierno israelí repetidamente acusaba de connivencia con las milicias de Hamás, no hay una vía transparente para verificar los datos proporcionados.
La GHF reconoce en su comunicado que llegaron como "iniciativa temporal" y que tenían "planes de expandirse a más centros", pero que decidieron suspender sus operaciones a mediados de octubre -tras el último alto el fuego- cuando EEUU y la comunidad internacional devolvieron las tareas humanitarias a las diferentes agencias de la ONU.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) reportó el 22 de noviembre, su última actualización de la situación en Gaza, que "a todas la misiones de la ONU destinadas a recoger cargamentos de ayuda en el cruce de Kerem Shalom se les denegó el acceso" dicho día.
Ayuda para eliminar los explosivos en Gaza
Al mismo tiempo, Hamás volvió a reclamar este lunes apoyo internacional urgente para eliminar artefactos israelíes sin explotar en la Franja, según un comunicado compartido en los canales oficiales de la organización islamista.
"El portavoz del movimiento, Hazem Qasem, instó hoy lunes a todos los organismos internacionales pertinentes a tomar medidas urgentes para eliminar los peligrosos remanentes en la Franja de Gaza, que representan bombas de tiempo que podrían explotar en cualquier momento", se indica en el comunicado.
La Dirección General de la Policía gazatí informó que un niño sufrió heridas leves debido a la explosión de "un objeto remanente de la ocupación en la zona costera norte de la ciudad de Gaza".
Según el Servicio de Acción contra las Minas de la ONU (UNMAS), entre un 5% y un 10% de las armas lanzadas en Gaza no detonaron, "dejando tras de sí peligros mortales".
Entre octubre de 2023 y enero de 2025 (cuando comenzó el anterior alto el fuego en Gaza), al menos 92 personas habían muerto o resultado heridas por artefactos explosivos, incluidos proyectiles de mortero, cohetes y artefactos improvisados, según el Programa de Acción contra Minas en los Territorios Palestinos Ocupados.
La ONU subraya que estos restos explosivos representan una amenaza inmediata tanto para los civiles como para los equipos humanitarios y se estima que podrían pasar hasta 14 años antes de que Gaza esté completamente libre de bombas sin detonar.
El portavoz de UNICEF, Ricardo Pires, afirmó el viernes en una rueda de prensa en la sede de la ONU en Ginebra que, desde la entrada en vigor del alto al fuego, el pasado octubre, al menos 67 niños han muerto en incidentes relacionados con el conflicto, lo que supone "un promedio de casi dos niños al día" pese al compromiso de detener la violencia.
*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.