La Unión Americana de Libertades Civiles ha puesto como fecha límite este martes para que se libere a Rosa María Hernández, la niña indocumentada de México que fue retenida en la frontera con EEUU mientras se dirigía en una ambulancia hacia un hospital para ser operada de emergencia de la vesícula. Actualmente la niña se encuentra detenida en un centro de menores de San Antonio (EEUU) bajo custodia federal.

Rosa María Hernández, de diez años y origen mexicano, fue detenida por agentes de la Patrulla Fronteriza al ser dada de alta de un hospital infantil de Corpus Christi, donde había sido sometida días antes a una cirugía de emergencia en la vesícula biliar, y luego trasladada al centro de detención de San Antonio.

Tanto la madre como la menor, que tiene 10 años y padece parálisis cerebral, llevaban 10 años viviendo de forma ilegal en Laredo, ciudad estadounidense fronteriza con México. Hace varios días los médicos determinaron que la menor tenía que ser intervenida de urgencia por lo que su progenitora consideró que la menor tenía que ser llevada al Hospital Pediátrico Driscoll de Corpus Christi.

Después de que el pasado miércoles le diesen el alta a la niña tras ser operada en dicho hospital, esta se encuentra detenida en un centro de menores indocumentados en San Antonio, bajo la custodia de la Aduana y Protección Fronteriza, sin la compañía de ningún familiar porque la madre teme ser detenida y deportada si acude a buscar a su hija.

"A la niña le fueron violados sus derechos constitucionales", asegura uno de los abogados que la representa. Al enviarla a uno de los albergues para niños recién llegados, "la Patrulla Fronteriza está desconociendo que ha vivido aquí por más de diez años y que como residente del país la ampara la Constitución", dice a Álex Gálvez, abogado especializado en asuntos migratorios que asesora a su familia.

Los agentes migratorios habían hecho turnos delante de la habitación del hospital donde estaba ingresada la niña durante más de 24 horas, primero en grupos de cuatro y luego en parejas. "Al mandar a la pequeña a este albergue también están violando los derechos de su madre, que puede probar que ha cuidado de su hija por todos estos años, y además que la niña tiene una discapacidad", insistió Gálvez.

Los padres de la menor emigraron desde Nuevo Laredo (México) hace 10 años, cuando ella apenas tenía cuatro meses. La actuación de los agentes federales ha generado una ola de indignación entre organizaciones civiles y legisladores demócratas, quienes calificaron el hecho de inhumano y demandaron la liberación inmediata de la niña.

La senadora por California Diane Feinstein señaló que en todos sus años de servicio público no ha visto "una colección de hechos tan moralmente reprochables". Gálvez, que ya logró liberar a un menor indocumentado que sobrevivió en Texas al encierro en un camión el pasado mes de julio y asumió la defensa de Rosa María junto a la abogada Leticia González, cree que la administración Trump ha elegido este caso para mandar un mensaje.

"La madre me llamó para decirme que al parecer agentes de Inmigración la estaban buscando. Eso es solo una estrategia para crear miedo y lo preocupante es que lo están logrando", dijo. El abogado, que tiene su oficina principal en Los Ángeles, anunció que la Unión Americana de Libertades Civiles está planeando una acción para liberar a la pequeña cuanto antes.

"Esta niña va a regresar con sus padres, y este caso nos va a servir para dar fuerza a una respuesta nacional a estos abusos", sentenció Gálvez.