El Pontífice recibió la concertina de manos del presentador Jordi Évole, que le entrevistó para el programa Salvados el pasado 22 de marzo.

"Cuando Jordi Evole me dio la entrevista, me mostró un trozo de ese hilo con cuchillos. Te digo sinceramente que me conmovió y luego, cuando se fue, lloré. Lloré porque no entra tanta crueldad en mi cabeza y en mi corazón. No entra en mi cabeza y en mi corazón al verlo ahogarse en el Mediterráneo. Esta no es la manera de resolver el grave problema de la inmigración", ha dicho.

Francisco asegura entender a los Gobierno que tienen "la patata caliente en sus manos" pero considera que debe resolverse de otra manera. "Cuando vi ese hilo, con cuchillos, parecía que no podía creerlo", ha sentenciado.

En la entrevista, el Papa había recalcado que este tipo de instrumentos demuestran "hasta dónde es capaz de descender la humanidad de un ser humano" y advertía de que la "inconsciencia" hace que la sociedad se acostumbre a estas prácticas.

"Los constructores de muros, ya sean cuchillas cortadas con cuchillos o ladrillos, se convertirán en prisioneros de los muros que fabrican", añadido para hablar también de un documental sobre migrantes que son devueltos y acaban en prisiones no oficiales.

También ha hecho referencia a una conversación con el mandatario Alexis Tsipras, que le explicó las dificultades del fenómeno migratorio pero añadió que "lo derechos humanos están antes que los acuerdos. "Esta frase merece el Premio Nobel", ha puntualizado.

En este ámbito, ha advertido sobre "muchas personas de buena voluntad atrapadas por el miedo", que es el "sermón habitual del populismo: el miedo". Y como había hecho en la entrevista con Evole, ha recalcado que el miedo es el comienzo de las dictaduras.

También se ha referido a la venta de armas a Yemen "para matar niños" por parte de Europa. "Europa, si quiere ser la madre Europa y no la abuela, tiene que invertir, debe intentar inteligentemente ayudar a aumentar la educación, la inversión, para evitar la emigración no por la fuerza sino por la generosidad, la educación, las inversiones económicas", ha señalado.

En todo caso, ha reconocido que un país "no puede recibir a todos" pero "hay toda una Europa para distribuir migrantes". Además, ha puesto a Suecia como ejemplo de integración de migrantes con "generosidad".

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