Las víctimas perecieron al estallar un coche bomba en una zona comercial del centro de Bagdad, mayoritariamente chií. El atentado suicida se lo atribuyó el grupo terrorista Estado Islámico (EI). En un comunicado difundido por su oficina de prensa, Ban hace un llamamiento al pueblo de Irak "para rechazar cualquier intento de extender el miedo y socavar la unidad del país".

Asimismo, el secretario general de la ONU se muestra "consternado por el desprecio absoluto a la vida humana" demostrado con este ataque y pide al Gobierno de Bagdad que logre llevar ante la justicia a los autores de esa matanza "lo antes posible".