Misiles sí; aniquilación no

¿Ha dañado Trump el programa nuclear iraní? Él dice que sí, pero la ONU y los expertos lo ponen en duda

El contexto Estados Unidos bombardeó este fin de semana las instalaciones nucleares iraníes de Fordó, Isfahán y Natanz, pero el OIEA advierte que aún no se puede evaluar el alcance real de los daños.

A la derecha, el antes; a la izquierda el después.
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Un día después del ataque estadounidense contra varias instalaciones nucleares iraníes, seguimos sin saber a ciencia cierta qué ocurrió bajo tierra. Mientras Donald Trump proclama en sus redes sociales que el programa nuclear de Irán ha sido "completamente destruido", los organismos internacionales piden calma. Y, entre tanto ruido, la única cereza es esta: nadie —ni siquiera los expertos— puede confirmar la magnitud real del daño.

"Ni nosotros, ni nadie, puede haber evaluado completamente los daños subterráneos en Fordó", reconoció Rafael Grossi, director del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), en una rueda de prensa en Viena.

Tres objetivos clave: Fordó, Natanz e Isfahán

El ataque se centró en tres ubicaciones estratégicas: la planta subterránea de Fordó, la instalación de enriquecimiento de Natanz y el complejo nuclear de Isfahán. Según el propio Grossi, se usaron municiones de alta penetración, capaces de atravesar metros de roca. En la superficie, se ven cráteres. En las infraestructuras, se espera "daño muy significativo". Pero eso es todo lo que puede decirse con certeza.

La planta de Fordó, excavada en la montaña, es una de las más protegidas de Irán. Allí se enriquece uranio hasta el 60%, y es precisamente esa instalación la que, según Washington, fue "golpeada en el corazón".

Trump, por su parte, ha calificado el ataque de "exitoso y definitivo". En su plataforma Truth Social, afirmó que se ha infligido un "daño monumental" y celebró que los misiles impactaron "profundamente bajo tierra". Pero ese entusiasmo contrasta con la realidad sobre el terreno: el OIEA no puede entrar a verificar nada.

¿Qué opinan los expertos?

Varias voces especializadas, tanto en política internacional como en defensa, se muestran mucho más escépticas que Trump. "Habrán causado daños, sí. Pero no han destruido el programa nuclear. Ni de lejos", explica Yago Rodríguez, director del medio especializado 'The Political Room'.

"Funcionarios de EEUU e Israel han reconocido en privado que dejaron fuera muchos objetivos clave. Esto no ha sido un golpe total, sino parcial", añade Guillermo Pulido, politólogo y analista de defensa.

Además, Irán había tenido tiempo para prepararse. Semanas de tensión y amenazas públicas dieron al régimen margen para tomar precauciones. Y todo apunta a que lo hicieron: según la ONU, Irán puso a salvo sus 400 kilos de uranio enriquecido, su joya de la corona, antes del ataque.

Daños sí, cooperación no

Como respuesta, Irán ha roto parte de su cooperación con el OIEA. Esto significa menos inspecciones, menos acceso y menos transparencia. Justo lo contrario de lo que se busca cuando se habla de "control nuclear".

"Da la sensación de que el ataque no buscaba eliminar capacidades, sino enviar un mensaje para forzar negociaciones", apunta Jesús Manuel Pérez Triana, analista de seguridad.

En otras palabras: más que una operación para acabar con el programa nuclear iraní, esto se parece a un puñetazo en la mesa para que Teherán vuelva a sentarse a negociar. Pero el efecto, al menos por ahora, ha sido el contrario.

¿Qué sabemos realmente? Que hubo un ataque, sí. Que se usó munición potente, también. Que hay cráteres y daños visibles: confirmado. ¿Y qué el programa nuclear está destruido? En absoluto.