Una joven de 22 años llamada Sam Philpott ha quedado parapléjica tras consumir gran cantidad de queso de cabra sin pasteurizar durante un viaje a Grecia. La mujer contrajo brucelosis, una enfermedad bacteriana que ataca a los animales, y ahora no puede caminar.
Esta infección le ha producido fiebre alta, mareos y dolores de cabeza. Asimismo padece la enfermedad de fibromialgia lo que le impide ejercer su profesión como auxiliar de enfermería.
La pasteurización de los lácteos evita el contagio de estas bacterias pero los quesos que comió Philpott no estaban procesados por lo que fue inevitable contraer la enfermedad.