¿Quién es el polémico monarca?

Mswati III, rey de Suazilandia, marido de ¿12? mujeres y el último monarca absolutista de África

¿Quién es? El actual rey dirige Suazilandia desde los 18 años, tras cuatro años de regencia por parte de dos mujeres de su familia posteriores a la muerte de su padre, Sobhuza.

El rey de Suazilandia, durante una ceremonia en la que miles de chicas jóvenes y vírgenes del país esperaban ser elegidas como futura esposa del monarcaEl rey de Suazilandia, durante una ceremonia en la que miles de chicas jóvenes y vírgenes del país esperaban ser elegidas como futura esposa del monarcaPer-Anders Pettersson/Getty Images

Quería su propio trono y un póster de su propia figura a tamaño natural. No para su despacho o su palacio real, sino para el hotel de lujo de Sevilla en el que se ha alojado durante la cumbre de la ONU, que se desarrolla en la capital andaluza. Nacido como Makhosetive Dlamini, en su país lo conocen como Mswati III y en el resto del mundo simplemente por su cargo: es el rey de Suazilandia, un pequeño país ubicado entre Sudáfrica y Mozambique, independiente desde 1968, con poco más de 1,2 millones de habitantes.

Polémico y excéntrico a partes iguales, Mswati III es el líder de la última monarquía absoluta de África, una de las pocas que quedan en el mundo. Además de Suazilandia, siguen con este sistema Brunéi, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Omán, a las que se suma Ciudad del Vaticano, que tiene un régimen diferente, al tratarse de un microestado de jurisdicción eclesiástica: el papa León XIV es el monarca absoluto del Vaticano.

El rey de Suazilandia tiene la potestad de nombrar al primer ministro y a todo su Gobierno, de dirigir el Ejército y la Policía; puede modificar, crear y derogar leyes; representa los intereses del país en el extranjero... puede hacerlo todo. Y lo hace. En septiembre de 2023 celebró elecciones parlamentarias para elegir a más de medio centenar de miembros de la Asamblea, la cámara baja del Parlamento nacional. Sin embargo, lo hizo en un contexto ciertamente curioso para unas elecciones: los partidos políticos están prohibidos desde 1973: los candidatos son nominados a nivel local antes de someterse al voto popular.

Quién es Mswati III y cómo llegó a rey de Suazilandia

Para entender lo que ocurre en el país es necesario saber cómo Makhosetive Dlamini acabó convirtiéndose en Mswati III, rey de Suazilandia. "Suazilandia siempre ha sido tierra de reyes y desde la fundación de la nación, una línea monárquica ha liderado al pueblo", explican desde el propio Gobierno: la línea de los Dlamini, que se remonta a mediados del siglo XV.

Ahora bien, estamos hablando de una cultura que tiene como tradición la práctica de la poligamia. Esto es relevante en este punto porque hay que entender que la elección del heredero al trono depende del estatus de la madre. A la muerte del rey, es el Consejo Real el que elige al heredero, en función de su alto rango. Pero también tiene que ser soltero y puede ser menor de edad; si esto ocurre (como ocurre), es la reina madre del futuro rey la que asume la responsabilidad de regente hasta que el príncipe heredero alcanza la mayoría de edad.

El rey de Suazilandia siempre es un Dlamini y según la información oficial, nunca contrae matrimonios dentro de su línea, por lo que la reina madre nunca es una Dlamini —pero lo cierto es que Mswati sí está casado con una Dlamini—. El futuro rey ha de ser su único hijo varón y se espera que elija diferentes esposas, de varios clanes, con el fin de "garantizar la unidad nacional". La monarquía en Suazilandia es dual: el poder se reparte entre el monarca (ngwenyama, que significa 'león' en suazi) y la reina madre ('ndlovukazi', que es 'elefante').

Mswati III es hijo de Sobhuza II, jefe supremo del país desde 1899 hasta 1982, el monarca con el reinado más largo del que se tenga registro (82 años), y de una de sus esposas más jóvenes, Ntombi Thwala, actualmente la reina madre del país. Cuando Sobhuza II murió, Mswati III tenía sólo 14 años y debía esperar hasta los 21 para acceder al trono. Sin embargo, una lucha de poder dentro de la familia real —que también incluyó un cambio en la regencia del país— lo llevó a ser coronado a los 18 años y pocos días, convirtiéndose así en el rey más joven de la historia de Suazilandia.

Las 16 mujeres de Mswati III

¿Por qué tantas esposas? Y son pocas, si se tiene en cuenta el número de mujeres con las que se casó su padre. El rey Sobhuza II llegó a tener 70 esposas, que le dieron más de 200 hijos entre 1920 y 1970. Se recomienda que el monarca se una en matrimonio con diferentes mujeres de los diferentes clanes del país, para fomentar la integridad nacional, lo que explica por qué los reyes de Suazilandia tienen tantas mujeres.

Eso sí, hay algunas normas: la primera esposa tiene que ser del clan Matsebula. Tanto esta como la segunda —que la tradición dicta que ha de ser del clan Motsa— no las elige el monarca, sino que lo hace un Consejo especial del rey; y los hijos nacidos de estos dos primeros matrimonios nunca pueden ser elegidos como herederos al trono. A partir de la segunda esposa, ya es el propio rey el que puede elegir a sus esposas. En Suazilandia (o Esuatini, la otra nomenclatura que hace referencia al país y que también explicaremos) hay un total de 17 clanes fundadores: si el rey elige a una de cada clan, como mínimo tendrá 17 esposas.

Además de la primera esposa, el rey tiene una 'esposa principal'. Según explican en TRT Global, la mujer no asume el cargo de consorte real hasta que concibe a su primer hijo. Hasta la fecha, el rey Mswati III se ha casado con 16 mujeres, aunque no con todas sigue a día de hoy:

  • La 'esposa principal' de Mswati III es Simbonelo Mngomezulu, conocida como Inkhosikati (esposa real) LaMbikiza.
  • Dos de sus esposas (Putsoana Hwala y Delisa Magwaza) abandonaron al rey después de haberse casado con ellas.
  • Su séptima esposa, Inkhosikati LaMasango, se suicidó en 2018. Era pintora y vivía en una mansión a la que el rey no fue durante sus últimos tres años de vida. Según la prensa regional, la esposa real se tomó más de 40 pastillas de amitriptilina, un fármaco utilizado para el tratamiento de enfermedades que van desde la depresión hasta el TDAH o el trastorno bipolar.
  • La duodécima esposa de Mswati, Inkhosikati LaDube, quien fue finalista del concurso de belleza Miss Suazilandia Adolescente con 16 años, murió 14 años después de convertirse en esposa real, en 2019, a consecuencia de un cáncer de piel.
  • En 2024 se casó con su 16.ª esposa: la hija de 21 años del expresidente de Sudáfrica Jacob Zuma. Nomcebo Zuma pasó a ser Inkhosikati LaNomcebo y el Gobierno tuvo que salir a descartar las informaciones que sugerían que se trataba de un matrimonio por conveniencia, para afianzar una alianza política. "El amor no tiene ojos para ver ni cuenta la edad", aseguraba el portavoz del país, Alpheous Nxumalo a la BBC. Según el medio Suaziland News, con sede en Sudáfrica —debido al estricto control de los medios de comunicación por parte del Gobierno—, la hija de Zuma habría abandonado al rey Mswati III porque "no soporta pasar meses sin ver a su esposo". Este mismo medio asegura que hubo un pago de tres millones de rands de Mswati III a Nomcebo Zuma poco antes de ser presentada en la ceremonia en la que el rey de Suazilandia escoge a su próxima esposa.

La 'elegida' para acompañar al rey a la cumbre de la ONU en Sevilla fue su novena esposa, Inkhosikati laMagongo, nacida como Notsetselo Magongo y con la que se casó en 2002.

El día que Suazilandia pasó a ser eSwatini (Esuatini)

En 2018, aprovechando el 50.º aniversario de la independencia del país, el rey ordenó cambiar el nombre de la nación, un cambio que pocos regentes pueden hacer. Es lo que tiene la monarquía absoluta. Desde entonces, Suazilandia pasó a ser Reino de Esuatini (eSwatini); 'eSwatini' significa, literalmente, tierra de los suazis. La razón de este cambio, curiosa: según el propio monarca, había demasiadas confusiones entre Suazilandia y Suiza.

La polémica no tardó en llegar: la crítica se centró principalmente en el hecho de que el rey destinara recursos y esfuerzo en modificar el nombre del país en lugar de recuperar la economía nacional o de abandonar el absolutismo para democratizar Suazilandia. Tres años después de esto, llegaron una serie de protestas que sí dieron la vuelta al mundo.

Uno de los reyes más ricos... en un país de pobres

Uno de cada tres suazis está desempleado, casi uno de cada tres cuatro tiene VIH —el país tiene la mayor prevalencia de VIH del mundo— y prácticamente sólo uno de cada dos dispone de agua potable. Pero la mayor parte de las críticas internas en Esuatini (Suazilandia) surgen de la más que ralentizada economía nacional y, sobre todo, de la disparidad de riqueza dentro del país: casi el 60% de la población suazi vive por debajo del umbral de la pobreza —por debajo de 2 dólares al día—, mientras que a Mswati III la revista Forbes lo ha incluido en la lista de los monarcas más ricos del mundo: se estima que su fortuna personal ronda los 100 millones de dólares.

La energía, el transporte y la mayor parte (80%) de la electricidad de Esuatini dependen de Sudáfrica. Todo hace que la inestabilidad económica sea la normalidad en este pequeño país sudafricano. Tanto es así que ha tenido que recibir más de 75 millones de dólares en préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en muchas ocasiones para poder pagar los salarios de los empleados públicos.

En 2012, para la celebración de su cumpleaños —por todo lo alto a nivel nacional, por supuesto— pidió a la población que donara sus vacas para sacrificarlas en los festejos, otra razón más para la indignación. Unos años más tarde, en 2019, el Palacio Real tuvo que reconocer que había destinado 15 millones de dólares a comprar coches de lujo a sus esposas: 19 Rolls-Royces y decenas de BMW llegaron desde Sudáfrica para "uso exclusivo de la familia real".

La 'lucha' de Mswati III contra el sida

Si bien la ONU reconoce que Esuatini ha cumplido el objetivo 95-95-95 para la contención del VIH —que el 95% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico; que el 95% de las personas que conocen su estado estén recibiendo tratamiento antirretroviral y que el 95% de las personas que reciben el tratamiento hayan suprimido el virus—, sigue siendo el país con mayor prevalencia en adultos, ocho puntos por delante del siguiente (Lesoto): un 29,18%. Entre sus medidas más 'excéntricas' están algunas que ha aprobado precisamente para tratar de frenar lo que en el país está considerado epidemia.

  • En 2009, aprobó un decreto por el que se reactivaba una regla tradicional de castidad ('imabali yeMaswati', que significa 'flor de la nación'), con el que prohibía a las mujeres vírgenes tener relaciones sexuales durante cinco años. Esta orden iba dirigida, teóricamente, a frenar el avance del VIH en el país.
  • Ese mismo año (2009), propuso que se marcara a los enfermos de sida en el trasero para poder identificarlos
  • En 2014, anunció que pagaría 200 rands —unos 10 euros a día de hoy— mensuales a las niñas jóvenes que no perdieran su virginidad, en uno de sus intentos por frenar la expansión del VIH.