La ultraderecha argentina se hunde
Milei no hace autocrítica e insiste en victimizarse pese a las pruebas que implican a su hermana en un caso de corrupción
El contexto Este domingo, La Libertad Avanza (LLA) sufrió su primer batacazo electoral en los dos años que lleva como presidente con el triunfo aplastante del peronista Axel Kicillof en los comicios legislativos de la provincia de Buenos Aires.

Resumen IA supervisado
Javier Milei, líder de La Libertad Avanza, enfrenta su primer revés electoral tras dos años en el poder, con la derrota ante el peronista Axel Kicillof en Buenos Aires. Milei reconoció errores pero se niega a cambiar su Gobierno. Su gestión se ha visto empañada por escándalos de corrupción, especialmente el caso de su hermana Karina, acusada de cobrar comisiones ilegales. Además, el Gobierno ha implementado severos recortes sociales, afectando a los más vulnerables, lo que ha generado protestas. Estos problemas comienzan a afectar su popularidad, planteando dudas sobre la continuidad de su liderazgo.
* Resumen supervisado por periodistas.
Javier Milei no hace autocrítica. El líder de La Libertad Avanza (LLA), el partido de la ultraderecha argentina, sufrió el pasado domingo su primer batacazo electoral en los dos años que lleva como presidente con el triunfo aplastante del peronista Axel Kicillof en los comicios legislativos de la provincia de Buenos Aires, que logró el 47% de los votos, mientras que LLA no pasó del 34%.
Al conocerse los resultados, Milei admitió que era una derrota dura y que se habían cometido errores que "no pueden repetirse en el futuro", aunque, puntualizó, no va a cambiar nada en su Gobierno. Aunque Milei no lo reconoció explícitamente, menos de dos años han bastado para que el líder ultraliberal se haya visto envuelto en varios escándalos.
La corrupción, el principal problema
Sin lugar a dudas, la campaña electoral ha estado marcada por la corrupción en el partido de Milei. Concretamente, la causa en la que está involucrada Karina Milei, hermana y asesora del presidente, que está investigada por, presuntamente, cobrar mordidas a cambio de adjudicaciones públicas.
Un escándalo que se destapó al publicarse audios que detallaban el reparto de comisiones. "Seguramente a Karina le debe llegar el 3% o el 4%. Yo calculo que le debe llegar el 3", apuntaba Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, en una grabación que ha dado pie a la judicialización del caso.
Un escándalo en toda regla que Milei, lejos de asumir, ha utilizado para presentarse como víctima de una persecución política por parte de la izquierda. "Trataron de acusarnos de chorros (ladrones) y además se metieron con mi hermana", afirmó el presidente en el acto de cierre de campaña.
El desgaste de los recortes
La corrupción no ha sido el único problema de Milei. Igual que sucediera durante los gobiernos de Mariano Rajoy en España, los escándalos han venido acompañados de grandes recortes. El Gobierno ha reducido sustancialmente el gasto social, poniendo contra las cuerdas a un país en el que casi la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Los más afectados han sido, como casi siempre en estas situaciones, los más vulnerables. De hecho, se han recortado las prestaciones a las personas con discapacidad, y el Ministerio de Salud les ha llegado a calificar de "idiotas","débiles mentales" e "imbéciles".
También se han visto afectados los pensionistas, cuyos ingresos, en muchos casos, han caído a menos de la mitad que en el Gobierno de Alberto Fernández. Ante esta situación, las protestas se han sucedido, llegando a manifestarse los jubilados en la misma puerta de la Casa Rosada.
La famosa "motosierra" de Milei empieza a causar un desgaste que, por primera vez, pasa factura al líder ultraderechista en las urnas con una derrota que en su entorno temen que pueda convertirse en el principio del fin de su presidencia.